En Sueño Profético decían:
El Profeta no puede ser místico. Los místicos y los contemplativos derivan del Profeta.
El Profeta habló del Mesías antes de que Lo conocieran, que el que hablaba era el Mismo Dios; luego habló el Mesías, que el que hablaba era el Padre, que era el Hijo y el Espíritu del Padre, el que se hizo una Carne para dar más contacto al hombre, más Amor, y que el hombre recibiera la Enseñanza y el Perdón del Mismo Dios hecho Hombre.
Dios Hombre y Profeta no podía ser místico, ni contemplativo. Todo el que diga: “Dios habla en mí”, no es místico, es un Lugar para el Servicio de Dios al hombre. De aquí ya salen millares de santos, contemplativos, místicos, y centenares de perdonados por su cambio de vida al tener contacto con este Lugar y empaparse del contenido de estos Mensajes, Publicación que el hombre quiere que esté enterrada.
De la Palabra de Dios salen éstos ya nombrados.
El que Dios habla en él,
si mucho lo sigues,
verás cosas raras,
verás cosas frías
y cosas con grandes llamas,
verás que no había sentido
cuando dijo la Palabra;
otra cosa que aquí te afirma
que ella no es la que las habla.
Desperté, oí:
Estudia bien como actúa
el que dice: “Me habla Dios”.
Estudia y verás momentos
para perder la razón.
Lo mismo dirás: ¡Dios mío!,
yo soy pecador,
que sabiendo tu Existencia,
quiero quitar la razón.
¿Has pensado cuando mueras,
que puedes ver la razón
y Dios mismo contestarte:
“No quisiste oír mi Voz”?
No le busques los rincones
donde veas camino llano,
que Dios cuando habla al hombre,
prohíbe salgan nublados.
***
Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - C1
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sábado, 31 de octubre de 2015
jueves, 12 de agosto de 2010
El que la oiga, aprende de ella - Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 199-200
En Sueño Profético decían:
A ella no pueden examinarla, a ella lo que tienen es que oírla, y el que la oiga, por profesor que sea, aprende de ella. Dios le ha hecho una enseñanza sin secretos. No hay ningún escrito de ningún Elegido que Dios le haya hecho sentir, vivir y ver, -esto en espíritu- como a ella. Ya materia y espíritu tienen sobrepasado lo que cualquier Santo, Místico, o Contemplativo, hubiera pasado en su vida material. Ella lleva veinte años de enseñanza, pero practicando y actuando. Esta actuación no cesará como puede cesar en el Contemplativo o en el Santo. Este, se santifica, y aquí acaba. El Místico puede tener un tiempo de ver o sentir, y en un breve instante queda aislado de lo sobrenatural, pero en ella no puede ocurrir esto, por ser Dios el que actúa. Este es el Poderoso.
Desperté, oí:
Este es el Todopoderoso. Este es el Dios Padre, el Dios Hijo, y el Dios Espíritu Santo.
El Dios Padre manda a Dios Hijo, para que actúe visible en materia.
Y el Dios Espíritu, actúa sin materia.
Y el Dios Padre es el Dios Hijo, y Espíritu Santo. Todo es Dios.
***
martes, 11 de mayo de 2010
El Profeta es la lumbre - Libro 85 - Meditaciones y Palabras con El Padre Eterno - Tomo IX - Pag. 22-23-24
En Sueño Profético decían:
Estos Libros los besarán y reverenciarán. Estos Libros no tienen rival.
¡Es pena haber tenido este Manantial Divino en sepultura!
Aquí se ve la Libertad que deja este Inmenso Dios.
El que dice “no creo en Dios”, si pensara lo que dice, ya vería a Dios.
Según la opinión que tienes del Profeta, es el Amor que le tienes a Dios.
La mayoría no quiere que el Profeta sea auténtico.
Cuando amas y te traen noticias del amado –éstas, buenas- nunca las rechazas. La mortificación sería pensar que fuera mentira.
Desperté, oí:
El que no quiere oír al Profeta y dice que quiere a Dios, es tan tonto como el que desprecia la comida y quiere hacer uso del tenedor.
Ya le da Dios un Premio al que puede tener contacto con el que Él elige.
El Profeta es la lumbre. Y el que tiene con él contacto, se puede llevar las ascuas. Y de estas ascuas sale lumbre, y de esta lumbre salen ascuas.
Si el que Dios elige para Profeta no fuera para enseñar, no sería Profeta, sería un místico.
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domingo, 18 de abril de 2010
Profeta y Místico - Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - Pag. 23-24-25
En Sueño Profético hablaban del Mando de Dios, y cómo el hombre recibía su Mando.
Hablaban de hombres que fueron conocidos por sus actuaciones sobrenaturales, y el mal pago del hombre. Antes de conocerlos, ya ponían un "no" lleno de ira y soberbia, poniendo comparaciones cada uno a su manera.
Nombraban lo Místico y comparaban con el Profeta. Decían:
El Místico nunca puede enfrentarse con Teólogos u hombres de letras, porque no tiene Enseñanza de Aquí, ni lleva Mensaje del Cielo a la Tierra. Todo es justa medida. Si allí llama y no abren la puerta, él ya no llama más, porque Mando no lleva.
El que Dios elige para su Enseñanza llevar y enseñar, a éste no le importa que esté la puerta cerrada, porque a fuerza de dar golpes ya la abrirán. Y su alegría grande es poder conversar con hombres que se asuste de ellos la Universidad, con Teólogos que vean que Esto baja del Cielo, que la Tierra, con su saber, lo ensuciaría.
Este Lugar, su fuerza, de la Sabiduría que Dios pone, confunde al que no ama a Dios, aunque él se crea que Lo ama. Si Lo ama, sabe la fuerza que tiene el Amarlo. Y si a esta fuerza Dios le da Mando, ¿cómo callar?
El que esto piense, está albergando una barbaridad más grande que pensar el hombre el mar secar.
Desperté, oí:
Debía de poner el hombre
asignatura primera:
el saber las escalas
cuando Dios elige en la Tierra.
No va tanto adelanto,
ni tanta siembra de carrera,
que cada día esté más analfabeto
para comprender
lo que Dios manda a la Tierra.
Que estudie al Contemplativo,
al Místico y al Profeta,
al que Dios le da el Premio
que Apariciones tenga.
Una vez que haga el estudio,
ya verá la diferencia.
Pero ninguno es culpable
de la actuación que le veas.
Eres tú el que te olvidas
que de esa vida pasas a Esta.
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