En Sueño Profético decían:
Si piensas en la muerte, tienes que acordarte de Dios.
Si piensas en la muerte, no deseas lo que tiene otro que tanto luchó para decir: “yo soy dueño”.
Si piensas en la muerte, verás muchos fallos en los que no piensan en la muerte.
Si piensas en la muerte, todo irá detrás de ti, y tu vivir será indiferente para aquello que te quiere atormentar, como atormenta a todo el que no piensa en la muerte.
Dijo uno:
Este pensar en la muerte es para hacerte vivir con alegría en la vida, hasta que vengas Aquí con alegría pensando:
“Yo voy a perder el Cielo por los cuatro garabatos que el hombre lucha porque se cree eterno.
¡Si mañana, o ahora mismo, yo puedo quedarme muerto!
Muerte, te tengo conmigo hasta que yo viva la vida contento, sin desear lo que puede a mi espíritu alborotar”.
Desperté, oí:
Que no sea confundido
el acordarse de la muerte
despreciando la vida
y deseando la muerte.
Que este pensar
ya no es de Dios,
es de espíritus satánicos,
que te llevan al camino
de que vivas comparando
y no aceptando tu sino.
Sino:
Voluntad de Dios o Permitir.
Si aquí deseas muerte
o en muerte estás pensando,
tendrás grande sufrimiento
y esto irás contagiando.
Piensa en la muerte contento,
con alegría y sin llanto.
Y será tu consejera
en el sufrir y en el trabajo.
En el deseo y en el pecado,
en la avaricia y en hacer
todo lo que Dios tiene mandado.
La muerte pensando en Dios
te quita muchos trabajos.
***
Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C3
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sábado, 8 de abril de 2017
viernes, 1 de julio de 2016
Paz para los hombres de buena voluntad
En Sueño Profético hablaban de la Paz. Decían:
La Paz es el Grito de Dios.
La Paz te hace que te llenes de Dios.
La Paz te trae Gloria y te lleva a la Gloria.
La Paz no puedes comprarla ni heredarla.
La Paz es Amor y aprender.
Dios Hijo se hizo Hombre, y éstas fueron sus más repetidas Palabras: “Paz para los hombres de buena voluntad”.
Ahí en la Tierra Él llevó la Paz, y el hombre le formó guerra.
Él trajo humildad, y buscó un lugar humilde.
También los padres que tenían que ser padres a la vista del hombre eran humildes.
Donde hay Paz, tiene que haber humildad.
Dios no vive donde no hay Paz, aunque lo llamen.
La Paz retira a los espíritus diabólicos.
Dijo uno:
Yo te aseguro que el espíritu del mal entra donde hay Paz, pero su salida es rápida, y es por todos conocido.
Dios curó a los endemoniados, y también enseñaba a conocerlos.
Conocer la actuación del espíritu del mal, hace que muchos no pequen.
Dios, cuando habla para enseñar, enseña al Lugar a conocer la maldad de los espíritus del mal, que quieren vestirse con el traje de Santidad de esta Gloria.
Despierta, oí:
Si Dios no enseñara a que los conocieran, era fracaso rotundo.
Primer síntoma: Falta de Paz.
Segundo: Hacerse parecer bueno a la vista del hombre.
Tercero: Querer robar la Sabiduría de Dios al que Dios se la da.
El que Dios arroba, nunca puede Luzbel vivir en él.
Esto sería Dios dejar su Casa y darle entrada a él.
Dios rebosa a este Lugar de Paz, para que el que quiera disfrute de este rebose.
Dios te da la Paz y te enseña a que no la pierdas.
***
Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C5
La Paz es el Grito de Dios.
La Paz te hace que te llenes de Dios.
La Paz te trae Gloria y te lleva a la Gloria.
La Paz no puedes comprarla ni heredarla.
La Paz es Amor y aprender.
Dios Hijo se hizo Hombre, y éstas fueron sus más repetidas Palabras: “Paz para los hombres de buena voluntad”.
Ahí en la Tierra Él llevó la Paz, y el hombre le formó guerra.
Él trajo humildad, y buscó un lugar humilde.
También los padres que tenían que ser padres a la vista del hombre eran humildes.
Donde hay Paz, tiene que haber humildad.
Dios no vive donde no hay Paz, aunque lo llamen.
La Paz retira a los espíritus diabólicos.
Dijo uno:
Yo te aseguro que el espíritu del mal entra donde hay Paz, pero su salida es rápida, y es por todos conocido.
Dios curó a los endemoniados, y también enseñaba a conocerlos.
Conocer la actuación del espíritu del mal, hace que muchos no pequen.
Dios, cuando habla para enseñar, enseña al Lugar a conocer la maldad de los espíritus del mal, que quieren vestirse con el traje de Santidad de esta Gloria.
Despierta, oí:
Si Dios no enseñara a que los conocieran, era fracaso rotundo.
Primer síntoma: Falta de Paz.
Segundo: Hacerse parecer bueno a la vista del hombre.
Tercero: Querer robar la Sabiduría de Dios al que Dios se la da.
El que Dios arroba, nunca puede Luzbel vivir en él.
Esto sería Dios dejar su Casa y darle entrada a él.
Dios rebosa a este Lugar de Paz, para que el que quiera disfrute de este rebose.
Dios te da la Paz y te enseña a que no la pierdas.
***
Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C5
sábado, 17 de octubre de 2015
Dios da voluntad y Libertad
En Sueño Profético hablaban de la voluntad y de la Libertad que Dios le da al hombre. Decían:
Dios, al que coge de Portavoz es al que muchas veces le tiene el mando y la acción sin Libertad. Aquí Dios decide, dejando las reacciones del hombre en plan pasivo y girando esta materia al Mando de Dios. Esto es materia que Dios mueve con su actuación. Este espíritu no siempre tiene Libertad; lo mismo que lo ilumina con el mismo Mando, le quita Libertad. El Profeta, mayoría de veces, la actuación no es suya.
Desperté, oí:
En el Instrumento que Dios coge para la Comunicación al hombre, en este Instrumento Dios actúa de mil formas:
En espíritu, en espíritu y materia, y actuando para un segundo.
No siendo conocidas estas actuaciones por el hombre.
Acoplando a estos presentes en sitios desconocidos, desconocidos para estos presentes.
Dios interviene en el espíritu, y cuando lo arroba, sí ve este espíritu que es Dios.
Cuando es Comunicación de Dictado, también sabe este espíritu que es Dios.
Pero cuando es para un segundo, en la mayoría de los hechos, el Profeta no sabe nada.
Cuando ves lo pobre que es la inteligencia del hombre, es cuando Dios se comunica.
Esta Sabiduría es aplastante, transparente y sencilla.
La del hombre es sucia, corta y vanidosa.
***
Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - C2
Dios, al que coge de Portavoz es al que muchas veces le tiene el mando y la acción sin Libertad. Aquí Dios decide, dejando las reacciones del hombre en plan pasivo y girando esta materia al Mando de Dios. Esto es materia que Dios mueve con su actuación. Este espíritu no siempre tiene Libertad; lo mismo que lo ilumina con el mismo Mando, le quita Libertad. El Profeta, mayoría de veces, la actuación no es suya.
Desperté, oí:
En el Instrumento que Dios coge para la Comunicación al hombre, en este Instrumento Dios actúa de mil formas:
En espíritu, en espíritu y materia, y actuando para un segundo.
No siendo conocidas estas actuaciones por el hombre.
Acoplando a estos presentes en sitios desconocidos, desconocidos para estos presentes.
Dios interviene en el espíritu, y cuando lo arroba, sí ve este espíritu que es Dios.
Cuando es Comunicación de Dictado, también sabe este espíritu que es Dios.
Pero cuando es para un segundo, en la mayoría de los hechos, el Profeta no sabe nada.
Cuando ves lo pobre que es la inteligencia del hombre, es cuando Dios se comunica.
Esta Sabiduría es aplastante, transparente y sencilla.
La del hombre es sucia, corta y vanidosa.
***
Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - C2
domingo, 9 de febrero de 2014
Vive voluntad de Dios, y no vivas su permitiendo
En Sueño Profético decían:
No uses el Permitir de Dios,
y sí usa esto: “Dios quiere”.
Que haciendo su Voluntad,
di siempre: “con Dios estoy”.
No te fijes en el mal,
que mal antes te hicieran,
pues si tú pagas igual,
descontentas a este Cielo,
y ya quedas en lugar igual,
aunque no fuiste primero.
Es sencillo el practicar
Mandamientos y Evangelio,
cuando tú piensas: “mi final
es abandonar el suelo,
y me tengo que encontrar
con la Gloria o el Infierno”.
Si piensas esto,
no descontentas al Cielo.
Dijo uno:
¡Qué valor tiene el hacer en esa vida de materia lo que Dios manda para luego vivir una eternidad su Presencia, para cuando Él te llame, tú sin miedo Le contestes: “Señor, si hice mal, no me di cuenta”!
Esto lo puedes decir cuando tú lleves la cuenta en blanco del mal que recibiste. Pues devolver mal por mal, no es sello de cristianos, es no practicar su Perdón ni querer ser como hermanos.
Desperté, oí:
Nombraban mucho:
¿Cómo el hombre se retira
de cumplir los Mandamientos
por el Permitir de Dios?
¿Cómo tiene en cuenta
el mal que de otro recibió,
y no se para a pensar:
“El bien no lo practico yo”?
Yo practico el Permitir1
hasta que entierren mi cuerpo.
Luego, ¿cómo voy a pedir
que Dios me lleve a su Reino?
Si Él no me llevaría,
ni yo estaría contento
de pensar: “No quise a Dios
cuando viví con el cuerpo”.
No merezco otro Perdón,
que me permita el Infierno.
¡Vive voluntad de Dios,
y no vivas su permitiendo!
***
Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 81-82-83
No uses el Permitir de Dios,
y sí usa esto: “Dios quiere”.
Que haciendo su Voluntad,
di siempre: “con Dios estoy”.
No te fijes en el mal,
que mal antes te hicieran,
pues si tú pagas igual,
descontentas a este Cielo,
y ya quedas en lugar igual,
aunque no fuiste primero.
Es sencillo el practicar
Mandamientos y Evangelio,
cuando tú piensas: “mi final
es abandonar el suelo,
y me tengo que encontrar
con la Gloria o el Infierno”.
Si piensas esto,
no descontentas al Cielo.
Dijo uno:
¡Qué valor tiene el hacer en esa vida de materia lo que Dios manda para luego vivir una eternidad su Presencia, para cuando Él te llame, tú sin miedo Le contestes: “Señor, si hice mal, no me di cuenta”!
Esto lo puedes decir cuando tú lleves la cuenta en blanco del mal que recibiste. Pues devolver mal por mal, no es sello de cristianos, es no practicar su Perdón ni querer ser como hermanos.
Desperté, oí:
Nombraban mucho:
¿Cómo el hombre se retira
de cumplir los Mandamientos
por el Permitir de Dios?
¿Cómo tiene en cuenta
el mal que de otro recibió,
y no se para a pensar:
“El bien no lo practico yo”?
Yo practico el Permitir1
hasta que entierren mi cuerpo.
Luego, ¿cómo voy a pedir
que Dios me lleve a su Reino?
Si Él no me llevaría,
ni yo estaría contento
de pensar: “No quise a Dios
cuando viví con el cuerpo”.
No merezco otro Perdón,
que me permita el Infierno.
¡Vive voluntad de Dios,
y no vivas su permitiendo!
***
Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 81-82-83
domingo, 2 de diciembre de 2012
Hágase tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo
En Sueño Profético decían:
Ella aceptó siempre lo que tantas veces suplicó: “Hágase tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo”. Esto dicho por tantos y aceptado por muy pocos. Ella llamaba “viniera su Reino” y se ofrecía aceptando su Voluntad.
Dijo uno:
Un día iba yo a mi faena y delante de mí iban tres o cuatro. Como el camino era estrecho, tuve que ir cerca de ellos y oír las palabras que iban diciendo y que aquí repito:
–Yo acepto todo lo que el Maestro mande, y no sólo lo que mande, yo acepto lo que permita.
Dijo otro:
–Lo que mande, ya viene de Él. Y lo que permita, piensa que es sufrimiento que Él tiene. Todo es Dios presente, aunque veamos al Maestro, Hombre entre nosotros, y Él haciendo de compañero nuestro, pero sus Palabras y su Espíritu son Dios.
Seguí aún acercándome más a ellos porque sus palabras e ideas me daban satisfacción. Como la vereda se estrechaba, ya les pregunté:
–¡No cabe duda que bien conocéis al Maestro, y que Lo amáis!
Uno contestó:
–Sí, el Amor nos hace obedecerlo y aceptar todo lo que Él mande.
Dos voces juntas contestaron:
–Somos Discípulos suyos: Felipe, Matías, Juan y Pedro, y vamos llevando sus Palabras.
Desperté, oí:
¡Qué fuerzas llevaban las Palabras que el Maestro les había dado para los que seguían siendo pecadores, que mucho habían pecado!
Este hombre que los siguió,
que pisaba sus pisadas,
cuando ya se emparejó,
a Dios por dentro llamaba.
Esto era una oración:
darle cuenta de sus culpas
y suplicarle el Perdón.
Con la oración termina,
con la oración empezó:
“Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad
así en la Tierra
como en el Cielo”.
Si piensas el no aceptar,
no reces el Padre Nuestro.
***
Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 266-267-268
Ella aceptó siempre lo que tantas veces suplicó: “Hágase tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo”. Esto dicho por tantos y aceptado por muy pocos. Ella llamaba “viniera su Reino” y se ofrecía aceptando su Voluntad.
Dijo uno:
Un día iba yo a mi faena y delante de mí iban tres o cuatro. Como el camino era estrecho, tuve que ir cerca de ellos y oír las palabras que iban diciendo y que aquí repito:
–Yo acepto todo lo que el Maestro mande, y no sólo lo que mande, yo acepto lo que permita.
Dijo otro:
–Lo que mande, ya viene de Él. Y lo que permita, piensa que es sufrimiento que Él tiene. Todo es Dios presente, aunque veamos al Maestro, Hombre entre nosotros, y Él haciendo de compañero nuestro, pero sus Palabras y su Espíritu son Dios.
Seguí aún acercándome más a ellos porque sus palabras e ideas me daban satisfacción. Como la vereda se estrechaba, ya les pregunté:
–¡No cabe duda que bien conocéis al Maestro, y que Lo amáis!
Uno contestó:
–Sí, el Amor nos hace obedecerlo y aceptar todo lo que Él mande.
Dos voces juntas contestaron:
–Somos Discípulos suyos: Felipe, Matías, Juan y Pedro, y vamos llevando sus Palabras.
Desperté, oí:
¡Qué fuerzas llevaban las Palabras que el Maestro les había dado para los que seguían siendo pecadores, que mucho habían pecado!
Este hombre que los siguió,
que pisaba sus pisadas,
cuando ya se emparejó,
a Dios por dentro llamaba.
Esto era una oración:
darle cuenta de sus culpas
y suplicarle el Perdón.
Con la oración termina,
con la oración empezó:
“Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad
así en la Tierra
como en el Cielo”.
Si piensas el no aceptar,
no reces el Padre Nuestro.
***
Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 266-267-268
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