En Sueño Profético decían:
Si piensas en la muerte, tienes que acordarte de Dios.
Si piensas en la muerte, no deseas lo que tiene otro que tanto luchó para decir: “yo soy dueño”.
Si piensas en la muerte, verás muchos fallos en los que no piensan en la muerte.
Si piensas en la muerte, todo irá detrás de ti, y tu vivir será indiferente para aquello que te quiere atormentar, como atormenta a todo el que no piensa en la muerte.
Dijo uno:
Este pensar en la muerte es para hacerte vivir con alegría en la vida, hasta que vengas Aquí con alegría pensando:
“Yo voy a perder el Cielo por los cuatro garabatos que el hombre lucha porque se cree eterno.
¡Si mañana, o ahora mismo, yo puedo quedarme muerto!
Muerte, te tengo conmigo hasta que yo viva la vida contento, sin desear lo que puede a mi espíritu alborotar”.
Desperté, oí:
Que no sea confundido
el acordarse de la muerte
despreciando la vida
y deseando la muerte.
Que este pensar
ya no es de Dios,
es de espíritus satánicos,
que te llevan al camino
de que vivas comparando
y no aceptando tu sino.
Sino:
Voluntad de Dios o Permitir.
Si aquí deseas muerte
o en muerte estás pensando,
tendrás grande sufrimiento
y esto irás contagiando.
Piensa en la muerte contento,
con alegría y sin llanto.
Y será tu consejera
en el sufrir y en el trabajo.
En el deseo y en el pecado,
en la avaricia y en hacer
todo lo que Dios tiene mandado.
La muerte pensando en Dios
te quita muchos trabajos.
***
Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C3
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