En Sueño Profético decían:
Se van a decir unas palabras para que cuando las oiga el Elegido en el Arrobo, si puede, que las diga y si ve que no van a ser bien recibidas que queden en silencio. Porque siendo un bien, no quieren entenderlo. Si quisieran harían preguntas y ya Dios en el Elegido daba las respuestas.
Dijo un espíritu de la Gloria:
¿Cómo no se dará cuenta el que conoce al Elegido que todo lo que el Elegido diga lleva Mando de Dios? Pues al ser Dios el que le da el Mando y las Palabras, no puede ser para mal el consejo que dé. Que ningún consejo del Elegido es de la Tierra, porque la Tierra puede ensuciar diciendo “mentira” o “verdad”.
Las palabras que Dios al Elegido le hace ver u oír en el Arrobo no pueden tener duda. Si así no fuera no sería Elegido de Dios para enseñar de su Gloria. Pues tiene que llegar el momento que no puedan dar el “no” a las palabras y consejos que dé el Elegido.
Pues ¿cómo va a dar mal consejo si es Dios el que habla y manda en su cuerpo?
Desperté, oí:
Se están perdiendo esta Grandeza los que no aceptan el consejo del Elegido.
Y ya le llega sufrir al ver que, siendo un consejo de Dios, tiene que tener miedo al decirlo, porque el mal tiene fuerza si sabe que al Elegido tú no te entregas.
Pues el que no acepte el consejo del Elegido, ni ama a Dios ni cree, y con el tiempo verá el bien que ha perdido.
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Libro 70 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo X