En Sueño Profético decían:
Si el hombre pensara en el Nacimiento de Jesús y en su Muerte, vería chico y sin peso el suyo, por grande que él lo pusiera. Nace sin casa, y muere porque Lo matan, también sin ninguna casa. Se hace Hombre por salvar al hombre, para enseñarlo a vivir sin pecado, para qué se amaran como Él amaba. Y ya, el Amor que Él enseña, forma muralla y no puedes olvidar al Prójimo. Y el Prójimo busca al que consuelo le lleva en nombre de Dios. ¡A esto bajó Dios a la Tierra!
Dijo uno:
El que no está enseñado, enseña que Dios bajó a que el hombre Lo matara en el madero.
Dios sabía su Muerte y la permite, pero baja por el Amor a los hombres, para ofrecerles su Reino, para enseñar a conocer a los espíritus que están al servicio de Luzbel y persiguen a los que buscan su Gloria. Enseña a levantar al caído y que por Dios Padre sea juzgado. Le habla al poderoso para que no confíe que sus monedas lo entrarán en la Gloria. Enseña cuántas veces hay que perdonar. Y deja dicho que es Dios Poderoso, cuando el hombre vea sus Palabras cumplidas con la Resurrección de su Carne y la fosa vacía.
Desperté, oí:
Nombraban sufrimientos de Jesús que no me dictan. Y que el hombre a Dios Lo negaba, siendo Dueño de todo.
Cierto, que el hombre interpreta que Dios bajó a que Lo crucificaran.
Que esta interpretación no cabe en el que Lo ama.
Dios pudo acabar el mundo cuando dejó su Cuerpo sin Espíritu.
Pero tenían que quedar cumplidas las Palabras que Dios Padre dijo, antes de su Nacimiento, en los Profetas.
Para que el mundo supiera que Profeta es la Palabra de Dios dicha en el sitio que Dios eligiera.
La falta de Amor a Dios interpreta sus Palabras con mala interpretación.
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Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C5