En Sueño Profético decían:
¿Cómo no verá el hombre dónde la Fuerza de Dios se encuentra?, que es su Mando, y que este Mando lo cumplan con alegría y sin protestas. Si existieran protestas, se presentaría la duda, pensando: “Esto es de la Tierra”.
No puede haber Mando de Dios, ni con protestas, ni con dudas, ni con tristeza.
El que Dios elige, siempre se guarda por dentro palabras que no las dice. Porque el decirlas sería contentar a los demonios que en contra de Dios actúan.
El que Dios elige para enseñar, antes de hablar, con su actuación y aceptación, ya va enseñando.
Dijo uno con Mando de Dios:
Tu mando sea sin miedo y con más mando.
¿Quién mejor que el que Dios elige puede dar mando? Él verá cómo está el Cielo antes que llegue nublado. Nublado, no de las nubes. Nublado que nadie ve como Dios no le dé Mando.
Se va a poner comparación para que piensen si este Mando es del Cielo o de la Tierra:
El animal más manso, que su cría delante tuviera y se la quitaran poniéndole otra, ¿crees tú que le daría cariño y calor como a los hijos que le quitó el pastor? –suponiendo que fueran corderos–.
Pues si esto no fuera de Dios, el Instrumento no caminaría con Amor a Dios, contento y viendo, en el sitio de su cría, otra cría puesta.
Desperté, oí:
El Permitir de Dios debería el hombre pensarlo y estar en oración para el sufrimiento achicarlo.
Daban en Gloria más alta puntuación, a aceptar con alegría este Permitir de Dios.
Permitir que da Enseñanza, como la Virgen Madre, que todo lo de Dios Hijo aceptó.
Si te acercas un poco a Dios, ya podrás valorar este Permitir de Dios.
Este Mensaje sea dicho o prohibido donde el Instrumento quiera.
***
Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C8