miércoles, 20 de noviembre de 2024

Práctica y ejemplo

En Sueño Profético contaban que yendo un día Jesús por el monte, y subiendo un poco cansado, como los demás iban, uno que no era de los Discípulos Le dijo (pero sin intención mala): “Maestro, debes utilizar tu Poder y subir el monte sin cansarte, que por eso eres Dios”.

Esto contestó el Maestro:

“Si así lo hiciera, ya no era el Dios que ahora veis. Que soy el primero en ir delante para todo el sufrimiento. Yo tengo Poder para subir el monte sin cansarme”.

Y señalando a todos, dijo:

“Pero qué Dios sería dejando a todos subir el monte cansándose. Esta Enseñanza ya no sería de mi Padre. Mi Padre vive en Mí, y Yo, al estar de Carne, tengo que enseñar para que lo que Yo haga puedan hacerlo todos”.

Siguió diciendo:

“Lo mismo que se puede vivir sin que peque la carne. Por eso mi Padre os da compañera, con la que formaréis una misma carne sin poder nadie romperla, hasta que Dios Padre la separe. Que luego, Yo les doy el sitio que ellos pidieron cuando vivieron de carne. Yo soy Dios Hijo y Dios Padre, pero ahora soy Dios Hombre, y el trabajo y el sufrir no lo sujeto, para que todos Me améis como Yo siempre os amo, en la Tierra y antes en el Cielo. Que aunque Me veáis aquí, mi Amor sale del Cielo y mi figura también”.

Desperté, oí:

Fue subir el monte, y los que ya esperaban, a coro, dijeron:

“Maestro será más chico el Sermón por ser ya algo tarde. Pero con oír tu Voz estamos contentos, pero no es conformarnos”.

¡Cómo les habló el Maestro, enseñando con la práctica y con el ejemplo!

Él vivía como hombre, para que el que oyera la Enseñanza no quitara ni pusiera más ni menos.

El pecado se alejaba por Mando del Alto Cielo.

Era Dios y era Hombre, Creador de lo que acaba y de lo Eterno.

Pero es Divinidad, que si no amas, no llegas a comprenderlo.

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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C2 

martes, 19 de noviembre de 2024

Escriba y criado

En Sueño Profético contaban Hechos ocurridos yendo los Discípulos con el Maestro.

Dijo uno:

   –Tú Felipe, ¿venías aquel día que fuimos a entrar en casa de un escriba y uno con aspecto de criado, no insultó y nos negó la entrada?

   –Sí –contestó Felipe–. ¡Qué momento de sufrimiento cuando tuvimos que contárselo al Maestro! ¡Él, que nos había mandado con tanto Amor, y tener que decirle: “Maestro, no pudimos pisar más del umbral de la puerta, y su actitud no es de tu Enseñanza”! Esto ya lo sabía el Maestro, pero no nosotros.

El Maestro se quedó atrás y los mandó, porque sabía que el dueño no amaba al Padre, y por consiguiente no oía las Palabras del Hijo.

Cuando regresaron Maestro y Discípulos, fue el dueño a dar disculpas, al que el Maestro calló con estas Palabras:

   Yo sabía que tú no creías en Mí, ni amabas a mi Padre, pero estos que me aman, no sabían tu falsedad, y el que va con el Hijo del Hombre, tiene que conocer al fariseo. Si tu criado sabe que tú me amas, no le niega la entrada al que Yo mando, porque él amaría también. Si tú me amas y tu criado no, entran mis Discípulos. En cambio, si tú no amas y tu criado sí, aunque los hubiera querido entrar, no entran mis Discípulos, porque no era respetar la Libertad que Yo enseño para que enseñen.

Esta escena quedó referida por todo el pueblo, se comentaba de unos en otros, y esto caía en algunas familias con temor.

Desperté, oí:

El Maestro quería enseñarlos a conocer al que amaba, al que lo decía y al que intentaba demostrarlo en público.

Al que esperaba irse con el más poderoso en la Tierra.

A este escriba no lo conocían como fariseo, que ese era su nombre.

Pero tampoco se destacaba como cristiano.

Esperaba ver bajar la balanza, para poner él su peso.

Dios Hombre, su predicación era con Libertad, para que con Libertad el hombre la cogiera.

Escriba y criado juntos quedaron, porque amar ninguno amaron.

Puede el criado amar y el amo no, pero no puede el amo amar y el criado no.

Juntos estuvieron en la Tierra, y juntos cumplieron condena.

No intentes engañar a Dios, que Dios tan sólo da Amor.

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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C7

lunes, 18 de noviembre de 2024

Canto de Gloria

En Sueño Profético se oía canto sin letra, y más bien se oía alejarse como un eco. Cuando ya se oía lejos, otra vez volvía el eco. Ya hablaron palabras sin oírse el eco:

Es canto de Gloria, son espíritus sin cuerpo, inocencia Divina de niños donde no entra pecado hasta que dejen de ser niños. Que si los mayores no pusieran en amistad al pecado con el niño, el niño no deseaba pecado, ni de hombre ni de niño. Y haría lo que Dios tiene mandado: unión de carne con dos espíritus. Pero pensando que esta unión que tú has unido Dios te dejó, que pudo ser impedida como queda el paralítico. Pues si llegara a enfermar esa carne tienes tú que continuar como si se te enfermara una pierna y tuvieran que cortarla. Siempre te oirían decir: “Es mi pierna y a nadie yo se la doy, tan sólo la doy a la Tierra”. Y cuando te vean andar ya saben que nadie tiene aquello que tuyo era. Que cuando deje de ser tuyo es porque pasa a la Tierra.

Desperté, oí:

Alababan a Dios Padre los Ángeles y los niños, pidiéndole por los hombres.

¡Cómo el hombre quiere borrar todo lo que Dios tiene escrito para Salvación del hombre!

Quiere destrozar lo unido y premiar al que destroce con sus consejos y sus escritos.

Anular a la pureza y poner al pecado como culto.

Y acostumbrar al hambriento a que maneje alimento sin llegar, aunque caiga desvalido sin poderse levantar.

El que crea esto en razón, mal cosecha puede dar.

Por algo el hombre es hombre y el animal, animal.

El hombre tiene su espíritu y el animal vacío está y jamás pasa de ese mundo.

El hombre, siendo animal, razonando para el bien o para el mal, tiene después de ese mundo dos sitios donde tiene Eternidad.

Debería de pensar el hombre en que la muerte le llega.

Y sería buen pensar para el que sus leyes no cumpliera.

Pero tiene más delito el que quiere anular las de Dios y poner las de la Tierra.

Todo es vivir sin Dios cultura, que te lo demuestran cuando apartan la religión.

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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII