En Sueño Profético decían:
Si vives cerca de Dios, se nota en la enseñanza que va dejando tu acción, tu consejo y tus palabras.
Si vives cerca de Dios, al pecado lo espantas.
Dijo uno:
Nunca podré olvidar, cuando viví con materia, las palabras que mi madre siempre tenía en la boca, y que Aquí mandan dictar:
No hay nada en el mundo que me pueda retirar de vivir cerca de Dios, ni la risa ni las lágrimas. Risa sin Dios, lleva al pecado; y lágrimas sin Dios, por sufrimientos llámale calvario, sin poderlo subir y sin tener quien te pueda dar su Divina Mano.
Desperté, oí:
El estar cerca de Dios no puede taparlo nada.
Esta mujer, para todo, este consejo te daba:
“No te retires de Dios, que el sufrir se te agranda. Y si te llega alegría piensa: esta alegría a Dios Le agrada”.
Quería Presencia de Dios en la alegría para decir:
“Gracias Señor, que siento tu compañía”.
Ya en los grandes sufrimientos, ¿quién podría ayudarle para no perder el Cielo?
Es la Presencia de Dios la que hace que seas bueno, pero un bueno que tu espíritu traiga a muchos a este Cielo.
Si la Presencia de Dios no la notas en tu cuerpo, quítale el nombre de vida y ponte el nombre de muerto.
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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C1
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