En Sueño Profético decían:
El fracaso mayor del hombre es vivir ahí sin contar con la muerte que va de Aquí, sin cumplir los años que él se ponga hasta que llegue a morir. Éste es el gran fracaso. Ésta es la primera asignatura que debería el hombre aprender y enseñar, y ya oirías el nombre de Dios en cualquier lugar.
Dijo uno:
Si el hombre contara con la presencia de la muerte, ¡qué poco en esa vida habría hecho para disgustar a Dios!
Si el hombre tuviera siempre la presencia de la muerte, su lucha sería juntar para esta Vida el capital más fuerte, porque ahí nada se deja.
Pues ese capital, con él se viene. En cambio, por el que lucha, puede poner a muchos contentos su muerte y apartarse de Dios para que otros hereden.
Desperté, oí:
Trata bien y quiere lo de la Tierra
porque también es de Dios.
Pero ten mucho cuidado,
porque mayoría de veces aparta de Dios.
En cambio,
pensar en la muerte con reposo
y en Dios pensando,
te trae a tu memoria:
“Yo no hago esto
porque a Dios no Lo agrado.
Y puede que esté la muerte
ya mi cuerpo rondando”.
Todo el que nace,
ya sabe el que lo ve,
que nace una vida nueva.
Pero que piense también,
que lleva muerte de compañera.
Que ésta no respeta al hombre
cuando el Mando de Aquí lleva.
Hazte amigo de la muerte,
haciendo lo que Dios manda.
Cuando dejes la Tierra,
espíritus de su Gloria Dios te manda.
Si el hombre cuidara su espíritu
como cuida el cuerpo,
ninguno perdería la Gloria,
y tendría su entrada normal,
como al cuerpo es normal
darle sepultura y entrada en el cementerio.
Hazte amigo de la muerte,
sin romper sus Mandamientos.
***
Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C6
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