En Sueño Profético hablaban del hombre intelectual. Decían que dentro de los intelectuales había quien su intelectualidad le servía para a él engañarle.
Primer engaño: apartarlo de las Palabras que Dios dejó cuando vivió con Cuerpo, y que hoy, las mismas, sigue diciendo. Si su sabiduría no llega a ver que estos Escritos son Aquí dictados, ya lo están engañando.
Dijo uno que ya sigue el Mando de Dios:
Estos hombres, que son oídos por muchos hombres y respetados por su sabiduría, están siempre perseguidos por espíritus que no son de Dios, para que su sabiduría no acerque a otros hombres a esta Gloria.
El culto que su cultura es provechosa para el cuerpo, si emplea la cultura para el espíritu, es oído y respetado y puede hacer un gran servicio a Dios.
Desperté, oí:
No crea el hombre rudo que ama a Dios,
que a él Dios no le manda.
Le manda y le da caminos
para cundir la Enseñanza.
Que estos caminos están tristes
por falta de esta Enseñanza.
El hombre debería estar siempre
buscando los Mandos que van del Cielo.
Y sería provecho para el hombre
que no cree que Dios esté Vivo,
que está muerto,
y que el mundo es mundo
gracias a sus inventos.
Si a la cultura le falta
el primer Mandamiento,
no se acabarán las guerras,
el crimen y el adulterio.
Hay que enseñar de esta Vida,
para cuando muera el cuerpo.
Que tú espíritu ya va al sitio que pidió
según la vida que hizo tu cuerpo.
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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C1
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