En Sueño Profético decían:
Tráete a tu memoria estas Palabras que fueron dichas Aquí al principio de estos Arrobos: “Dios dejó Crucifixión para que hubiera Resurrección”. Vieron Resurrección, y antes vieron como recibió la muerte, que el que no amaba le dio con su ayuda, públicamente o a escondidas. Esto, luego, más se agrandó. Pero Dios es Aquí donde tiene su Reino Eterno y sin fin. A este Reino no le llega la maldad ni el engaño. A este Reino ya entra el espíritu purificado, bien con el sufrimiento que le dio la carne, o con el sufrimiento que Dios permitió al hombre.
Todo es falta de Amor a Dios y abundancia de pecado.
Dijo uno:
Dios, por Amor al hombre, no manda castigo.
Es grande la diferencia de cómo es el hombre con Dios, y cómo es Dios con el hombre.
Desperté, oí:
No hace más daño el hombre porque no tiene nada que pueda matar al espíritu que vive con Dios.
A más daño, más verán Resurrección.
Es difícil recibir sufrimiento sin dar tú más sufrimiento.
Dios Hombre no quiere entristecer a sus Discípulos.
Sabía que después estarían juntos, ya una Eternidad.
Ponía, al que Lo seguía, estas palabras:
¡Señor, hágase tu Voluntad, no la mía!
Era seguir con Él en el sufrimiento y en la alegría.
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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C1
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