En Sueño Profético decían:
A más te conozcan, menos disculpa tendrán.
Las palabras dichas por ti, puestas por Dios en tu boca, son fuerza en defensa de un Dios Vivo.
Si 28 años cumplidos, día a día, están ocurriendo estos arrobos, justo es que la Cabeza de la Iglesia conozca este Lugar, para premio o como responsable de lo que oiga de este Escándalo Divino, que tanta falta le está haciendo a los tiempos que hoy hay presentes.
Dijo un espíritu de la Gloria:
¿Qué sentido tiene, si no fuera actuación de Dios, ir premiando y recibiendo desprecio? Si tan sólo con la entrega que vive al Prójimo, ves que no es de la Tierra. Tú archiva los pasos dados, para cundir lo que Dios te dice y que Aquí se vuelve a dictar:
“Que Me ves, dilo, publícalo”.
Si así no lo hiciera el que Dios manda, no sería verdad. No habría palabras que pudieran callar al que desmentir quisiera.
Deperté, oí:
“Que Me ves, dilo”. No hay persona que tenga lengua y guarde silencio.
Que piense, el que oiga este arrobo, el tener silencio: ya no sería de Dios el que diera el Mando.
Y el que siente a Dios en su espíritu, sabe que es Dios el que da estas Palabras.
“Que Me ves, dilo”, ya lleva premio el oírlo, y no admite disculpa, el día del Juicio Final.
Debería el hombre pensar el momento de la muerte, y haría un stop a este mandar.
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Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C5
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