domingo, 8 de octubre de 2023

La Tierra no puede dar nada eterno

En Sueño Profético se oía hablar de la Tierra y del Cielo. Decían que la Tierra no podía dar nada eterno. Esto se oía y el contestar era éste:

La Tierra no tiene nada eterno para el cuerpo. El Cielo tiene su Reino, y Aquí existen espíritus eternos, que tienen el tiempo de cuando Dios hizo el mundo. En la Tierra todo está cambiado, aunque es lo mismo que lo primero que hizo Dios, que fue el cielo, el agua, el viento, la tierra, los truenos y la tormenta, el temblor de tierra, los ríos y los mares. Esto sigue siendo igual que cuando el mundo Dios lo hizo, pero tiene cambio. Unas veces con más fuerza. Y otras, con la fuerza del papel mojado.

El espíritu que es de Dios tiene Vida Eterna, y cuando Dios lo presenta, lo ves igual que cuando vivía su materia. Está igual que cuando vivía el cuerpo. Y es que Eternidad presenta lo que Dios allí ha mandado. La muerte tampoco tiene cambio. El cuerpo se enferma joven o viejo. El niño llega a viejo si antes no muere. El viejo no puede hacerse niño. El varón, por mucho cambio que tenga, no puede ser madre, ni la madre ocupar el sitio que tiene el padre. Éstas son unas comparaciones que se han puesto, pero quedan muchas más.

Ya aquí termina el comparar, con estas palabras:

No puedes acercarte al río para calentarte, ni a la lumbre, para, como con el agua, lavarte.

Desperté, oí:

Han quedado muchas más comparaciones por hacer, pero dicen en Gloria que no se dictan porque no serían comprendidas.

Todas estas comparaciones se referían a lo queda eterno, y al adelanto, que el hombre quiere que tenga el nombre de “esto no es malo”.

Decían que lo eterno era para el espíritu. Que el cuerpo no tenía eternidad.

Si el hombre esto pensara, no viviría esclavo, guardando lo que él no disfrutará.

***

Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C4

No hay comentarios:

Publicar un comentario