No me podía dormir porque este
pensar no me dejaba: “Señor, ¿qué hago mañana si veo que no hacen lo que Tú me
mandas?”.
En Sueño Profético se oía la voz de Dios Hijo con estas Palabras:
“Si tus palabras no fueran las mías, no viviría tu cuerpo. Mis Palabras dan Poder y sufrimientos. Que el sufrimiento lo sigue dando el hombre, como cuando a Mí me clavaron en el madero. Mi Padre lo permitió, y Yo lo sigo permitiendo hasta que entierren sus cuerpos. Mi Poder habla en Mí, porque Yo tuve Cuerpo y viví con el hombre. Pero Dios es sólo Uno, con tres Nombres. En este arrobo ya tengo que decir que el Permitir de mi Padre se está cumpliendo. El que no entienda este Mensaje, es porque no ha leído mi Evangelio ni cree en mi Existencia”.
Desperté, oí:
Han sido la Voz y las Palabras de
Dios las que en el arrobo hablaban y dictaban.
Decía que ya se estaba cumpliendo
su Permitir.
Decía muchas palabras de cuando
el hombre Le dio muerte de Cruz por Él dejar el Permitir.
Este Mensaje ha sido dicho para
que lo lean su Ministros y lo piensen.
Representar y administrar es ver
a Dios.
No se puede explicar la Voz de
Dios cómo era.
Tan sólo el recordarla, te da
alegría y pena.
El empiezo del Mensaje ha sido
también dictado.
No temas decir que Dios está
terminando el Permitir.
El que coja el Permitir, cuando
muera su cuerpo, su espíritu no podrá venir Aquí.
Dios no quiere esto, pero el hombre,
con su comportamiento, lo está pidiendo.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C4
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