En Sueño Profético decían:
Es un desprecio, sin poderlo
ocultar, el desprecio que el hombre a Dios Le da.
Dijo uno:
Es desprecio no acudir a donde
Dios da estas Palabras. Pero aún es peor que las lleven a tu casa y con el “no”
sean recibidas, y con el “no” seas despedido. Que los que esto hacen, ya están
fuera del Reino de Dios. El que reciba al que Dios manda, ya tiene la Gloria
ganada. Al Elegido, Dios, le da sus Palabras, su Poder, y la caridad no le
cansa. Siempre que la llamen, oirán sus palabras, que son dichas en su espíritu
por espíritus de la Gloria.
Este Caso no se puede comparar
con otros casos que otro nombre les dan. El nombre que este Elegido tiene es
“Lugar donde Dios dice sus Palabras para que sean repetidas”. Que este Lugar
que repite, tiene el nombre de Profeta. El hombre desmiente este nombre, y, al
desmentirlo, él se queda al descubierto. Porque no sabe que Profeta es nombre
que Dios puso cuando anunció el Nacimiento de Dios Hijo. Que Dios Padre y Dios
Hijo eran un mismo Dios.
Desperté, oí:
Que no falte la alegría, ya que
puedes presentar esta gran Teología.
Es la Palabra de Dios dicha con Mando
para que esto no quede callado.
Firmas, reconociendo este Caso,
que no dejen de pedirlas.
Y ya, la conciencia de cada uno,
que busque u olvide mientras viva en la Tierra.
Debería estar de rodillas el que
conociera este Caso, y pedir a Dios el Perdón por el tiempo que había estado
despreciándolo.
El Poder de Dios deja Libertad, y
ya ves querer a Dios o despreciar.
Esto es documento para la
Eternidad.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C4
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