jueves, 18 de abril de 2024

Si he hecho mal, demuéstramelo

En Sueño Profético hablaban del espíritu y de la carne. Decían:

El que más te obedezca, más te busque y más ponga en tus manos sus alegrías y sufrimientos, más cree en esta Vida y que Mando te da el Cielo.

No dice verdad el que dice que te cree poniendo delante muralla para ocultar lo que hay detrás de la muralla.

Si tus palabras no son recibidas con actuación, que no te pidan ruegos, porque el negar y el pedir es a Dios a quien se lo hacen, por ser tú un Instrumento.        

Palabra que salga de ti, ya ha ido del Cielo, cuando sea para que participe el espíritu.

Cuando es musaraña de la Tierra, sin trascendencia para el espíritu, el mando puede ser de cualquiera: niño que vistes de blanco, amarillo o de color hierba. ¡Qué más le da al niño vestir como la madre quiera!

Que esto no le pasa al espíritu. En cambio, en la acción del niño del que tiene aquí contacto, si la madre quiere al hijo, a éste le deja el Mando.

Desperté, oí:

Los que poco creían en Dios Padre, cuando vieron que a Dios Hijo Lo clavaron, menos creyeron.

Los que mucho creían y mucho amaban, más Lo creyeron cuando vieron la actuación de Dios y la actuación del hombre.

El hombre Le pega, y Dios responde:

“Si no he hecho nada malo, ¿por qué Me pegas? Y si he hecho mal, demuéstramelo”.

Ya con estas Palabras, aunque no creían, veían a Dios.

No hay quien reciba golpes y esté dándote el perdón.

Que esto es lo que hace el Elegido, por ser el Mando de Dios.

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Libro 40 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C7

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