Quedé dormida muy tarde porque no podía dormirme.
En Sueño Profético decían:
No se podía dormir porque el sueño le quitaban. Y se quería dormir para que el Cielo le hablara.
Es la oración la que llega cuando de verdad tú amas.
A la oración dicha sin la actuación que Dios manda, no le digas oración.
La oración dicha con Fe puede mover la montaña.
Dijo uno:
Los espíritus del mal persiguen a la oración. Al mismo Dios persiguieron cuando estaba en el Huerto haciendo Oración al Padre para la Salvación del hombre y el Perdón al pecador.
Tanta fuerza tiene el pecado, que al hombre lo retira de Dios, con armamentos de guerra o con fiestas paganas que ensucian la vida y ya de Dios lo apartan.
La oración te da fuerza, y Dios te ayuda a llevar aquello que tú no puedes aunque intentas tirar de él.
Desperté, oí:
Hay ladrones para quitar el sueño,
pero siendo ladrones,
los hay malos y buenos.
Ladrones y guardianes,
son de la Gloria,
y también del Infierno.
Los de la Gloria
te roban el sueño
y te llevan alegría.
Los del Infierno
te traen a la memoria
todo lo sucio pasado,
y te enferman el espíritu,
y la oración te han robado.
Los guardianes de la Gloria,
antes de que pienses sufrir,
con la Paz se te presentan.
Y te llevan una Luz
que a Dios ya sientes de cerca.
Mandan que quede dictado
que el empiezo del Mensaje
es orden que el Cielo ha dado.
***
Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C6
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