En Sueño Profético decían:
El que Dios coge de Lugar para Comunicarse al hombre, éste no ha podido antes haber pecado; si ha pecado, ha sido para el hombre, pero no para Dios. Dios ha visto lo que el hombre no ve, que es el espíritu y pensamiento, Espíritu suyo y pensamiento de no ofender a Él. Dios, al gran pecador perdona y le da su Amor, pero cogerlo de vivienda, no. Antes que este espíritu haya llegado a la materia, ya sabe Dios que va a ser para su Servicio. Este espíritu tiene que ser transparente haciendo algo en lo material pero sin manchar este espíritu, falta que el hombre pone, y Dios quita.
Desperté, oí:
El que Dios coge de Portavoz, lo acercó más a Dios el creer que pecó.
Este sufrió por el que pecó, y quitó de que otros pecaran.
El que ama mucho, no sabe pecar.
Y el que mucho peca, no sabe amar.
El espíritu que ama mucho, no deja sitio para el pecado.
Y al espíritu que está en pecado, Dios no llega.
Dios admite al pecador, pero que éste se presente ya sin pecado.
El pecado es el desprecio al Amor de Dios.
***