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jueves, 7 de julio de 2022

El mando del hombre puede ser con maldad o equivocado

En Sueño Profético decían:

El que quiera saber si Esto es verdad que siga los pasos que el Elegido da. Si éstos no fueran al servicio del Cielo no sería así su comportamiento.

Dijo uno:

Compara al Elegido con médico que da el diagnóstico y no lo cumple el enfermo, pero coge diagnóstico de otro. Y este médico, al que le despreció el diagnóstico, va a verlo y se ofrece por si algo le hiciese falta. Esto en la Tierra no hay quien lo haga. Pues sigue al Elegido y verás cuánto aguanta por quitarle a Dios sufrimientos y porque vivan Paz, aunque esta Paz no sea por dentro, pero no alborota al que lo esté viendo.

Todo es por falta de creer. Si el hombre creyera, en la salud y en la enfermedad, haría esta receta: preguntar y observar para hacer todo lo que Dios dijera. Que lo dice a un espíritu y lo oyes cuando está en la materia. Unas veces es con Mando, y otras veces es un sentir que pone las palabras en la lengua. Esto es alegría sin fin, pero gigante sufrir.

Desperté, oí:

Es gigante sufrir porque retiran obediencia al Mando que Dios pone en el Elegido.

Qué comparación ponen en la Gloria con el médico que da diagnóstico, no lo cumple el enfermo y busca a otro médico, y luego va a visitarlo y a ofrecerse en lo que pueda ayudarle.   

Esto no lo hace el hombre.

Pero si está al servicio de Dios, compara lo que el hombre Le hace a Dios.

Sabiendo que Dios es Dueño de la Tierra y del Cielo.

Si tus ruegos faltaran, muchos se condenaban.

Porque Dios te manda premio a la vida que vas haciendo.

Olvidando el mal trato y el desprecio.

Es pena que el hombre obedezca el mando que va del hombre y desprecie el Mando que manda Dios.

El mando del hombre puede ser con maldad, o equivocado.

El de Dios es siempre recordando que hay otra Vida, donde no hay muerte.

Si no hubiera otra Vida, Dios no se ocupaba del hombre.

***

Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C2

viernes, 9 de abril de 2021

Maldad del hombre, y Poder de Dios que al mal lo ancla

En Sueño Profético vi mucha gente que iban andando y se hundían. Salían de donde ponían los pies hundidos, y andaban deprisa y con cara de ira. Pero andaban unos metros y, otra vez, el terreno que pisaban sus pies, se hundía, y dijo uno:

Ahora, en esta Visión, se verá gran diferencia del que camina. Vi gente de rodillas, orando y con gran confianza en Dios, y parecía que andaban porque dejaban terreno atrás, pero de pie se no se ponían.

Y dijo el mismo:

Estas dos Visiones son Poder de Dios, maldad del hombre. Los que están en oración llegan y alcanzan los ruegos. Sea la Palabra de Dios en Libertad por la ciudad y los campos, los que quieren ir deprisa para robarla y ocultarla, Dios los deja en Libertad, hasta terreno de veda que no los deja llegar. Cuando ya se creen firmes, se les hunden las pisadas. Esto es Poder de Dios y maldad que va en su contra. Dios ancla al hombre en su maldad, y el ancla le quita la careta, dejándose ver lo diabólico. Éstos son hombre desconociendo a este Dios.

Desperté, oí:

¡Qué dos comparaciones

ponen para que se aprendan!

Una, el hombre que corre,

y el daño lo ancla en la tierra.

Los que hacen oración,

quieren que el mundo se entere

y publiquen lo de Dios.

Que se oiga de la boca

del mismo que arroba Dios.

Los que aman, que no aman,

que este dicho es de ellos,

van buscando la batalla.

Van como fiera en el monte,

van como cañón con bala.

Los que hacen oración,

le pueden a esta batalla.

Porque la Fuerza no es fuerza

de la que el hombre manda.

La Fuerza es la de Dios,

que levanta las montañas.

Y resucita a los muertos

cuando el hombre no lo manda.

Este Escrito se titula:

“Maldad del hombre,

y Poder de Dios

que al mal lo ancla”.

***

Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C8