En Sueño Profético vi mucha gente que iban andando y se hundían.
Salían de donde ponían los pies hundidos, y andaban deprisa y con cara de ira.
Pero andaban unos metros y, otra vez, el terreno que pisaban sus pies, se
hundía, y dijo uno:
Ahora, en esta Visión, se verá
gran diferencia del que camina. Vi gente de rodillas, orando y con gran
confianza en Dios, y parecía que andaban porque dejaban terreno atrás, pero de pie
se no se ponían.
Y dijo el mismo:
Estas dos Visiones son Poder de
Dios, maldad del hombre. Los que están en oración llegan y alcanzan los ruegos.
Sea la Palabra de Dios en Libertad por la ciudad y los campos, los que quieren
ir deprisa para robarla y ocultarla, Dios los deja en Libertad, hasta terreno
de veda que no los deja llegar. Cuando ya se creen firmes, se les hunden las pisadas.
Esto es Poder de Dios y maldad que va en su contra. Dios ancla al hombre en su
maldad, y el ancla le quita la careta, dejándose ver lo diabólico. Éstos son
hombre desconociendo a este Dios.
Desperté, oí:
¡Qué dos comparaciones
ponen para que se aprendan!
Una, el hombre que corre,
y el daño lo ancla en la tierra.
Los que hacen oración,
quieren que el mundo se entere
y publiquen lo de Dios.
Que se oiga de la boca
del mismo que arroba Dios.
Los que aman, que no aman,
que este dicho es de ellos,
van buscando la batalla.
Van como fiera en el monte,
van como cañón con bala.
Los que hacen oración,
le pueden a esta batalla.
Porque la Fuerza no es fuerza
de la que el hombre manda.
La Fuerza es la de Dios,
que levanta las montañas.
Y resucita a los muertos
cuando el hombre no lo manda.
Este Escrito se titula:
“Maldad del hombre,
y Poder de Dios
que al mal lo ancla”.
***
Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C8
"No hay de otra, no hay de otra" como dirían nuestros amigos de Colombia!
ResponderEliminarPor muchas vueltas que den los amigos de lo malo, tienen que reconocer que tienen la batalla perdida.
Aquí, perdida y trabajosa. En la eternidad, perdida y con la peor compañía.