viernes, 6 de julio de 2018

Ésta Enseñanza no exige raza ni títulos

En Sueño Profético decían:

Si en la enseñanza de la Tierra, el que la enseña tuviera la respuesta que le dan al Elegido para que enseñe de la Vida Eterna, ninguno querría la enseñanza, porque sería sufrimiento grande querer que el burro siguiera al ave. Si el hombre pensara esto, pondría la razón en grande.

Dijo uno:

Esta Enseñanza es sin letras,
y luego al cuaderno pasa,
después ya la practicas
y entiendes con la mirada.

Todo es Poder de Dios
y querer entender su Enseñanza.

Puedes ver el árbol crecer
y no saber cuál es su casta,
pero si le ves el fruto,
ya estudios no te hacen falta.

Pues si ves al Elegido,
el fruto que va dejando,
hazte alumno
y prohíbele al pensamiento que piense:
“Esto está mal dicho o mal hecho”.

Desperté, oí:

¿Por qué no compara el hombre esto con uno que pertenezca a la enseñanza, que sea bien de cultura intelectual o cultura manual, saber el máximo, y tener que implorar para que aprendan?

Además, estar siempre preparado para recibir mal trato del alumno.

Por eso, ésta Enseñanza no exige raza ni títulos.

Exige creer en Dios.

Luego, que Lo amen y Lo busquen.

El que no busca, no ama.

Y al que no ama, le es difícil entender esta Enseñanza.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C5

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