En Sueño Profético decían:
Debería ser la primera asignatura enseñar a que el hombre se amara y practicara la Paz. Que aprendiendo esto desde niños, dándoles el trato con Paz, serían párvulos en la violencia cuando fueran hombres, y no podrían practicarla.
Si esta asignatura se premiara, no podría existir la guerra, porque serían muy pocos aquellos que la quisieran.
Dijo uno:
El mundo está pasando por un momento difícil para que el hombre viva la Paz que Dios dejó en la Tierra. Porque al niño, la primera distracción que le da y enseña es miniatura para matar, que son juguetes y juegos de guerra. Esto es acostumbrarlos a que vean normal las guerras y crezcan con alegría pensando en coger fusiles y cañones para regar el campo de sangre.
Desperté, oí:
Decían en el arrobo, que desde niños les quitaban el cuchillo para que no se cortaran, y de hombres les daban el fusil para que se mataran.
Que no se mataban con el suyo, se mataban con el que estaba en frente de ellos, que de niño tuvo la misma enseñanza.
Debería el hombre hacer entierro a los armamentos de guerra.
Y hacer un recuento de los que están enterrados y no fueron muertos, que fueron matados.
Esto, si el hombre lo pensara, se abrazaría y enterraría los armamentos.
Enseña al niño a quererse, y de hombre no cogerá nada que mate el cuerpo.
***
Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C4
No hay comentarios:
Publicar un comentario