En Sueño Profético decían:
La belleza del hombre es más belleza cuando sólo la ve Dios. Esta belleza es del espíritu, belleza incalculable su valor, belleza que está borrosa para el que no ama.
Al que Dios Aquí lo trae, este Dios le hace que conozca la belleza del espíritu. Esta belleza no se le acaba su hermosura.
Dijo Teresa de Ávila:
Esto es flor que abre y no cierra; abre con el Amor y cierra si no amas. Pero cuando abre es con la fuerza del Amor, y esta fuerza no deja que cierre.
Fuerza de fuerza sin manos;
fuerza que el hombre no ve,
no ve ni puede contarlo
a otro que comprendiera
que es fuerza, fuerza sin manos.
Yo conocía esta fuerza,
de un día que me enseñaron
el que esta fuerza da
sin que le empujen las manos.
Porque la fuerza del hombre,
es fuerza, pero con paro,
fuerza que va siendo menos
con el transcurso del año.
Desperté, oí:
La Fuerza de Dios no para
en el transcurso del año.
La Fuerza es doble fuerza
cuando te pasan los años.
Y te sientes con la fuerza
del niño que está empezando
a querer a aquella madre,
que cuando oye su llanto,
no pregunta por qué es,
hasta tenerlo en sus brazos.
Y ya que fuerte lo abraza,
le pregunta ya limpiando
esas lágrimas con fuerza,
de esa flor que está empezando,
y que esta madre quisiera que se abriera,
pero cuando Dios le diera Libertad
para pecar o no hacer pecados.
Si esta Fuerza yo pudiera
echarla como la lluvia,
cuando a Dios se la pidiera,
no verían gotas de agua,
pero sí rosas con fuerza.
Rosas o flores silvestres,
flores que nadie pudiera
decir: “esto no son flores,
pero son flores que queman”.
Flores caídas del Cielo
por manos de esa Teresa,
que quisiera que llevaran
flores metidas en las cestas,
como el pan que todos llevan
para alimentar la materia.
Este Amor es flor que abre,
y no hay hombre que por fuerza
cerrara esta flor de Amor,
que Dios manda para que quiera.
TERESA DE ÁVILA
***
Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 189-190-191
La belleza del espíritu se nos escapa cuando nos dejamos guiar por la apariencia,incluso por la propia.
ResponderEliminar"Haceos niños y entraréis en mi Reino". El que ama a Dios su espíritu es joven y siente la fuerza de la juventud aunque 80 o más años tuviera.
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