En Sueño Profético decían:
Si piensas en la vida sin recordar la muerte del cuerpo, tú mismo te harás esclavo y prisionero de lo que pida tu cuerpo. Que unas veces será fácil el conformarlo, y otras veces te obligará a que después te des cuenta y te atormentes al pensar: “¡Yo cómo he estado: desear lo que sería un fracaso!”.
Dijo uno:
Si quieres vivir con Paz y apartando los deseos que tu cuerpo te presente, piensa en la Vida Eterna, que nada te exige que caro te cueste y que nada admite después de la muerte. Todo lo que la Tierra te exige, Aquí se desecha. El cuerpo es planta: primero semilla, luego nace tallo, que esto se hace viejo después de cuidarlo. Esto, sin contar que se seque el tallo. Pues lo que se ha nombrado puede durar más que el cuerpo humano.
Desperté, oí:
Debes acostumbrar a tu cuerpo
a que no desee lo que te robe la Paz
y lo que Aquí no venga luego.
El tiempo que le pones al espíritu,
luego te da buenos réditos.
Luchar por lo material
es no pensar en los muertos.
Que lo que tú dices “es mío”,
antes tuvo otros dueños.
En cambio las obras de Dios
que haga tu espíritu,
éstas se vienen contigo.
No sufras por alcanzar
lo que otro va a heredar.
Coge la vida del cuerpo
rodeándola de Paz,
y ya vivirás Gloria estando en suelo.
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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C6
Los consejos de la Gloria son el mejor consuelo
ResponderEliminarHay que dar preferencia al espíritu y luego cuidar el cuerpo
Con la confianza puesta en Dios que todo lo vigila desde su Reino