En Sueño Profético decían:
No tienen justificación humana para decir que Esto no es cierto. Este “no querer del hombre” hace a Dios con su Poder, que aquellos que ponen la resistencia en su Mando y su Habla, no se entiendan.
Dijo uno:
Esto que aquí cuento fue oído al Maestro:
Una tarde, estando descansando a la salida de un puente, un poco recostados había unos en la muralla que formaba parte del puente. Y dijo uno de sus Discípulos:
–Maestro, se están juntando hombres de varios gremios para presentar denuncia de tu predicación y de tu vivir, y ayer discutían porque unos querían venir a buscarte y otros no estaban de acuerdo.
Ya habló el Maestro:
–Los que están en contra de mi Venida, están en contra unos de otros, porque mi Padre dejará que no se entiendan. El mal no respeta a su amigo. El mal va haciendo mal hasta llegar al destrozo, y ya todos lo conocen. Este es el sello del que está en contra de Mí. El sello del Amor para mi Padre es la Obediencia e ir dejando el bien sin diferencia de clases. El que no creyó en mi Padre, me persigue a Mí, y su final será como fiera del campo, como animal sin espíritu guiado por los demonios, nombre que ya puso mi Padre antes de bajar de Hombre a la Tierra.
Desperté, oí:
Silencio quedó en el puente
sin ninguno contestar.
Las Palabras que decía,
nadie las podía igualar.
Era Dios Padre en Dios Hijo,
Espíritu de Dios Padre,
Nombre: Santísima Trinidad.
Era el Creador del mundo,
pudiendo el mundo acabar.
Era el que sabía
dónde comprarían los clavos
que Lo iban a clavar.
Y el que martilleó al fuego
aquel inocente metal.
¡Que Palabras nos dejó!,
que sin voz nosotros después repetíamos:
El mal no respeta a su amigo,
el mal va haciendo mal
hasta llegar al destrozo.
Como animal sin espíritu
guiado por los demonios.
Dios guía a los palomos,
a los corderos
y a todo animal que es manso.
Lo malo siempre termina
como las fieras del campo.
***
Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - C7
Bien dice que las Palabras que El decía nadie las puede igualar
ResponderEliminarNadie puede igualar a Dios ni en su Hablar ni en nada que quisieran imitar
Ya debería estar la humanidad entera de rodillas adorando esta Divina Enseñanza por haber un Dios nada más y aquí se puede comprobar