lunes, 29 de junio de 2020

Farmacia Divina

En Sueño Profético hablaban del espíritu, de las muchas enfermedades que el hombre desconoce, porque no quiere el medicamento, que es la Confianza en Dios.

La Confianza en Dios es prevenir enfermedad a tu espíritu.

La Confianza en Dios te abre puertas que tú jamás podrías abrir.

El espíritu se enferma por no tener el gran medicamento –que es confiarte en Dios– siempre dentro de tu mismo cuerpo.

Dijo uno:

Hay enfermedades del espíritu que todos las están viendo, como la del enfermo del cuerpo que se le inflama la carne. El que no entiende de medicina cree que esto es lo más grave. Pues igual pasa en el espíritu. Pero luego está la enfermedad interior, que no la ve nadie, nada más que el médico, y ésta es más grave.

Al espíritu enfermo hay que saber tratarlo. Como el médico al enfermo, que a veces, siendo la misma enfermedad, no es igual el medicamento.

Para guiar a un espíritu y curarlo, tienes tú que estar entregado a la “Farmacia Divina”, que se encuentra en este Cielo, y ya tú llevas el medicamento.

Hay quien cree que tiene vista y está ciego por dentro, y ya todo lo que ve lo transforma en su pensamiento.

Médico que tiene el título, pero no conoce el cuerpo.

Desperté, oí:

Puedes tener oído para lo material y ser sordo para el espíritu.

Puedes ver la hormiga en el cerro y tu espíritu no ver el cerro que está subiendo la hormiga.

Pueden ser tus palabras correctas en lo material y espadas para el espíritu.

Son dos personas en una: carne y espíritu.

El medicamento del espíritu puede curar la carne.

El medicamento de la carne no llega al espíritu.

El cuerpo hay que cuidarlo para que siga al espíritu.

No pongas de profesor al cuerpo y de alumno al espíritu.


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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C6

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