En Sueño Profético decían:
El espíritu de Dios necesita el recato como el guerrero la lanza. El Infierno lo tiene todo el que no quiere estar con Dios. Con Dios hay sufrimientos, y esto es participar de su banquete. En su Última Cena estuvieron los más preferidos, y quiso enterarlos y que participaran de su sufrimiento. Esto fue lo más grande de su Vida Pública: saber que Lo perdían, o sea, la Despedida.
Desperté, oí:
¿Cómo poder pasar sin Él?: esto es la Gloria. Y no querer estar con Él: es el Infierno.
Muchos dicen: “¿cómo Dios consiente que se condenen una eternidad?”. Esto lo dice el hombre que Amor no siente.
El que ama, contesta: “Si no lo dejara, no era Dios, era un dictador”.
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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 224
Si el mal tuviera sitio en la Gloria, contaminaría al bien y sería igual que en la tierra. Por eso la tibieza nos condena.
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