En Sueño Profético decían:
Dios habla, Dios espera, Dios perdona, y este Mismo Dios condena, condena y aparta.
Dios no puede ser Dios para al malo perdonar y para que sufra el bueno.
Dios, cuando Le habla al hombre, deja que actúe el hombre, y al final Dios actúa. Hay final más corto, final más largo, pero la Palabra de Dios no tiene sepultura.
Dios irá llevando al Instrumento por caminos que el hombre, a Dios, quiere cerrarle.
Dios llevará su Palabra
como lazarillo al ciego.
Dios hará que el Instrumento
diga Palabras de Cielo.
Dios dará Iluminación
sin ningún hombre saberlo,
y saldrá todo publicado
por ser Dictado del Cielo.
Dijo uno:
El hombre no quería el Nacimiento de Dios: Dios los deja, pero Dios nació; no querían que se vieran los prodigios, y Dios, prodigios hizo mayores; no querían que fuera el Único que podía dar el Perdón; dejó que el hombre Lo crucificara para que el mismo hombre viera las tinieblas que su Padre hizo desde el Cielo y Él mandó desde el Madero, para que vieran el Poder que el hombre no podía impedir.
Dios quiere que el hombre conozca a Dios, y el hombre pone el impedimento con su envidia.
Dios llama al hombre para que el hombre se llene de Dios. Dios no llama al hombre para Dios llenarse del hombre.
Desperté, oí:
Aquí habla Dios
para que el Instrumento hable.
El Instrumento irá
donde Dios camino abre.
La verán a veces caminar
sin que la entienda nadie.
Pero Dios va ya en Palabras,
y Aquí las puertas ya abren.
La Llave la lleva el Lugar,
que Dios se la dio por si alguien
la puerta se la cerraba
creyendo no tenía Llave.
Si el hombre dice que publique,
verán los Libros por la calle.
Pero si dice que no,
ya publicará la Llave.
Dios habla,
Dios espera,
Dios perdona,
y este Mismo Dios condena.
Condena y aparta,
cuando el hombre se Le enfrenta.
***
Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 138-139-140
Creer en Dios no es diseñarlo a nuestro antojo. Dios nos habla y espera que queramos conocerlo,perdona a quien ama y condena a quien se ama sólo a sí mismo.
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