En Sueño Profético decían:
Si el hombre pensara lo que Dios puede hacer, Lo buscaba confiando en Él, el que Lo ama. Y el que no Lo ama, hacía lo que Él mandara porque sabía su Poder, y éste ya se encargaba de que no hubiera hombre que en Dios no creyera.
Dijo uno:
Esto no llega, porque el que ama tiene que amar más, para llegar a la intimidad con Dios, para tener tal confianza en Dios, que diga: “Dios quiere bien, yo también quiero; Dios no quiere, yo no quiero”.
Esto es intimidad con Dios y confianza en su Poder: No dudar nunca de lo que hace Dios; pedirle a Dios todo, aunque esté mal pedido por la ignorancia del hombre, pero aceptar lo que Él manda o permite.
Desperté, oí:
Si el que no ama y cree en Dios, pensara lo que Dios puede hacer, obedecía a Dios y terminaba amando.
Si el que ama, amara más, podía repartir Amor para el que no ama.
El Amor da confianza
en las peticiones tuyas,
y esta confianza hace
que más a Dios tú te unas.
Si tú buscas a Dios,
y Dios te coge de amigo,
¿cómo decirle: Dios, no,
que me mandas un castigo?
Si ya viene de la Gloria
todo lo que manda Dios,
súfrelo pero diciendo:
¡Él sabrá que Lo mandó!
Y lo que al hombre permita,
es porque luego le cobra,
sin pretextos ni disculpas.
Todo el que piense el Poder
que Dios puede demostrar,
ama sin pedirle cuentas
de si esto es bien o esto es mal,
porque pensando es Dios,
Él sabrá en su Mandar.
***
Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 81-82
El Creador está muy lejos de sus criatura en Sabiduría, pero muy cerca en Amor.Nuestra sabiduría no nos permite comprender, pero por Amor podremos aceptar.
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