En Sueño Profético hablaban de la Vida de Dios Hombre.
Decían dos mujeres:
–¡Qué destacar tenía cuando de Hombre vivió! Juntas estábamos aquel día que lo vimos pasar.
Dijo una:
–Yo ya llevaba algún tiempo de quererlo conocer. Cuando alguien me decía: “Hoy he visto al Maestro otra vez”, me entraba pena y un disgusto, con ansias de conocer a Aquél que no había duda de que Dios pudiera Ser.
Ya contestó la otra:
–Yo, a pesar de la gente que aquel día iba con Él, lo conocí de momento. Recuerdo, que cuando yo estaba mirando, sólo una Imagen se vino del grupo hacia donde estábamos, y cuando miraba al grupo, allí estaba Este Dios. Cuando pasaba el gentío, del grupo se separó y vino hacia nosotras. ¡Calla, que te voy a decir las Palabras que me dijo!:
–Sí, Yo soy el Hijo de Dios Padre, al que tu voz llega a mi Padre, para la curación de tu hijo.
Cuando yo quedé sorprendida por lo que dijo de: “La Voz llega a mi Padre”, volvió a decir:
–La Voz no llega por el Eco, la Voz llega por el Amor.
–Nadie como tú sabe, cómo quedó mi rostro cuando vi a Dios delante de mi Presencia. Ya fue cuando las dos nos inclinamos y alabamos su Nombre diciendo: ¡Bendito seas Dios Hombre, que a Salvar al hombre vienes!
Desperté, oí:
¡Cómo quedó esta mujer,
cuando vio a Dios delante!
Al hijo tenía enfermo,
de noche llamaba al Padre,
pero llamaba en silencio.
Por el hijo le pedía,
que le sanara la carne.
Pero cuando ya vio a Dios,
que se le puso delante,
pidió por el pecador
y se le olvidó la carne.
El Espíritu de Dios
se le ponía delante,
y luego miraba al grupo,
y lo veía de Carne.
Por el Amor que tenía,
al Padre oyó sin Voz,
conoció a Dios de Carne
y el hijo se lo curó.
***
Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 188-189-190
Por una petición hecha con Amor, se nos devuelve el ciento por uno que se convierte en más Amor.
ResponderEliminarCuando se tiene la fortuna de conocer a Dios queda en plan pasivo la carne y todo tu esfuerzo es para el espíritu.
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