En Sueño Profético decían:
No debería extrañar el que Dios al hombre le hable. Esta extrañeza la cultiva el hombre, y hace que se extrañe el que recibe la Comunicación de esta Gloria. Se encuentran muchos que en “Dios Hablando” no creen, y muy pocos aceptando. Y estos pocos son, por los muchos que no lo creen, insultados.
Si hubiera un tribunal y pudieran hablar los dos bandos, se vería la injusticia que estos muchos le hacen a estos pocos; pondría la aplastante razón para que los necios y fríos de espíritu vieran las Palabras de Dios dichas en la materia, y que Dios, como Dios Único, elige donde Él quiere, y hace las cosas a manera de Dios Único en Sabiduría y Poder. Esto para el frío.
Y para el que ama, Dios es único en dar Amor Eterno. Y este Amor, Dios quiere que el hombre ahí lo vea: en Sabiduría, en Prodigios, y en todo lo que el hombre no pueda decir: “Yo hago eso que Dios ha hecho”.
Dijo uno:
Cuando Dios se comunica a este espíritu que vive materia, es cuando gritan “Los Pedros” y “Los Judas”. Deberían ser todos “Pedros”, que Dios les prohibiera palabras. Pero no “Judas”, que son los que Él aparta.
Otra voz diferente contesta:
El que desmiente al que Dios le dice “di al hombre”, éste sabe que Dios habla. Si quisiera hablar con firmeza de su vida, actuaciones y momentos, lo seguía y ya retiraría sus errores, que son los que le impiden ver lo que ve él. Mientras no ame igual que este Lugar, Dios no lo cogerá de Instrumento, porque tiene que ir la salud con el color y la energía. No puedes decir “tengo buena salud”, cuando no des buen paso, cuando estés tullido en un sillón. Pues si Dios dices que te habla, tienen que ser tus actuaciones intachables.
Si esto fuera un tribunal, ganaría sólo la actuación de la carne, derrotaría a los necios que las Palabras de Dios quieren borrarle: “No puede haber hombre bueno y sus obras malas. Y no puede ser malo y sus obras buenas”.
Pues si éstas son las pruebas que Dios manda que estudie el hombre, ¿por qué insulta a Dios y no las estudia?
¡Hombres sin Amor ni miedo al Dueño que en todo manda!
Desperté, oí:
¡Hombres que Amor demuestran,
sin que este Dios les hable!
¡Hombres que caerán en la cuenta
cuando la carne les falle!
¡Hombres que hablan de Dios
como aquel hombre que sabe!
Como aquel hombre que sabe
de lo poco de la Tierra,
pero él se cree sabio.
Si supiera como él cree,
no diría que se calle
al que pregona de Aquí
lo que Dios manda dictarle.
Que formen un tribunal
y que la razón les hable,
que es la Palabra de Dios,
que no hay hombre que Lo calle.
***
Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 134-135-136
Poder ser como Dios fue el engaño del mal hacia el hombre. Negar el Poder de Dios es el engaño del hombre hacia sí mismo.
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