En Sueño Profético hablaban de muchas cosas diferentes. Decían:
El espíritu tiene sus apetitos. El espíritu que está con Dios, este espíritu, su apetito siempre gira a glorificar a Dios, siempre tiene desgana en lo que sabe que va a hacer mal a Dios. Esta materia, mayoría de veces, no es comprendida, es una materia activa para el servicio de Dios, y con quietud para las distracciones que son hechas por el hombre. El espíritu contrario a éste, tiene su actividad en lo hecho por el hombre, y desgana y cansancio en lo que a Dios contentaría. Aquí ves “lleno” de Dios y “vacío” de Dios. El “lleno” reparte Paz. El “vacío” inquieta esta Paz, teniendo esta Paz que buscar descanso. Este descanso lo encuentra donde está Dios. Y este Dios se encuentra donde está la Paz.
Desperté, oí:
Si sientes a Dios, buscas a Dios; y como Lo sientas y Lo busques, tú Lo encuentras.
Tu materia no puede ocultar si a Dios amas.
Lo mismo que tu materia no puede ocultar cuando Lo ama, lo mismo no puede tapar cuando no ama.
Tú engañas al hombre, y Dios hará que el hombre te conozca.
Cuida a la materia para que ésta cuide el espíritu.
Si la materia no la cuidas, ésta te destrozará tu espíritu.
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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 150-151
Hay que cuidar la materia como templo del espíritu.
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