En Sueño Profético decían:
Tiene más fuerza el mal que el bien. Tiene más fuerza porque el mal es bien recibido por la mayoría que mal hagan. Y el bien se cansa el hombre de hacerlo, protesta del que lo hizo y quitas ganas al que intenta hacerlo.
Por eso tiene más fuerza el mal que el bien. Y verás más abundancia de obras malas que de obras buenas.
El mal y el pecado son íntimos compañeros. Lo mal hecho es falta de creer y amar a Dios.
Lo bien hecho, cundido y siempre haciéndolo mejor, va achicando el mal. Pero ¿quién practica esta Enseñanza que Dios Hombre enseñó a los hombres para que fuera hecha y cundida, y así el hombre aprendiera a ir derrotando a los espíritus malignos? Que es la forma de que abunde el bien y se desbarate el mal.
Desperté, oí:
El bien, hecho con el nombre
de Dios delante,
hace al bien gigante.
Ridiculiza al mal,
y el que el mal practique,
ya se notará cobarde.
Ves cómo el bien
al mal le puede
Mal, es pecado
en grado chico,
en grado grande.
Y hacer el bien,
ya vas dejando
firma bien grande.
Y vas diciendo:
“Yo amo a Dios.
¡Pero qué pena
que el mal abunde,
pero el bien no!”.
Tiene más fuerza
el mal, que el bien.
Porque el hombre no lo piensa,
que se tiene que morir
y tiene que entregar cuentas.
El hombre tiene
a la muerte en olvido,
como algo que no interesa.
Y en sus espaldas ya lleva
el día, hora y fecha.
***
Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 217-218
El mal es la puerta grande que a todos atrae aunque detrás haya un precipicio.El bien es la puerta estrecha que sólo eligen los que saben que detrás está la Vida.
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