En Sueño Profético decían:
Si la carne tiene dolencias, el espíritu no la obliga, y ya no actúa el cuerpo. Esto, cuando el espíritu vive fuera del cuerpo y luego vuelve al cuerpo llevando el Mando que Dios dé.
Dios puede hacerlo todo posible e imposible, pero ya no quedaría normal para dar Enseñanza.
Dijo uno:
Enseñanza es que aquello que te enseñan, tú lo puedas hacer y seguir la Enseñanza. Pero en lo que Dios actúa en ti, ya tú no puedes hacer que Él lo haga en otro. Porque sería mandarle a Dios, y ya no Lo tienes por Dios Único y Poderoso.
Tú sí puedes decir que cuando Dios elige, tú nunca has dicho no a lo que has vivido, que no quisieras haberlo vivido. No en respuestas de protesta y haciendo comparación a otros casos. Esto sí puede ser enseñado.
Por eso Dios deja normal al Elegido, para que pueda ser la Enseñanza cundida.
Desperté, oí:
Si Dios pone su Poder en todo lo del Elegido, no puede ser que tú digas: “yo hago todo lo que hace el Elegido”.
En lo material, Dios deja Libertad a la acción.
En lo espiritual, ningún hombre puede quitar el Mando que Dios dé.
Este Mando no puede el hombre aprenderlo ni mandarlo.
Este Mando es Dios en Presencia o en Palabras.
Ya actúa la materia, y en la actuación va la Enseñanza.
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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 208-209
Si el Elegido no fuera de carne y hueso, con sus dolencias, nos resultaría más difícil tomarlo como modelo. Dios da Mando a su espíritu y Libertad al cuerpo, que en sus dolencias también nos enseña.
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