En Sueño Profético hablaban de la Fe y la Confianza en Dios. Decían:
La Fe y la Confianza, el que tenga este Premio, sigue los Pasos de Dios y jamás, nunca, se cansa. Siempre tendrá una Luz, una Fuerza y una Compaña.
La Fe es la que da la Luz. Y en la Confianza siempre notas algo que te va diciendo: “¿No voy Yo en tu compaña?”. Y ya contestas sin querer: “Señor, en Ti pongo mi Confianza. Que tu Camino lo siga con subidas y con bajadas. Con subidas con grande peso; y con bajadas siempre mirando hacia el Cielo”.
Dijo uno:
Esto, aunque tú no lo digas, tu actuación va pregonando. Que ésta sirve de Enseñanza para el bueno y para el malo.
El bueno ha de pensar que cuando sube la cuesta y la carga es pesada, si no la sigue, la Fe y la Confianza las cambia pidiendo cuentas.
Desperté, oí:
No puede vivir prodigios
el que no ha tenido Fe.
Y no puede estar tranquilo
el que la Confianza en Dios no pone.
Si en la vida material
no tuvieras confianza en todo,
no podías vivir.
¿Quién se asomaría a un balcón
si confianza no hubiera,
dejando el peso de tu cuerpo,
esté nuevo,
y tú siendo el que lo estrenas?
El hombre no pone desconfianza
en lo que no ha visto jamás,
que es su propio nacimiento.
Si eres persona de Dios,
debes de todo creerlo,
cuando acción y palabras
sean el mismo Evangelio.
La Fe y la Confianza
te harán todo comprenderlo.
Y te llegará la Luz,
y ya puedes con el peso.
¡Si no tienes Confianza,
no reces el Padre Nuestro!
***
Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 97-98
Con Fe y Confianza en Quien todo lo puede vivimos Cielo en tierra y la Paz no nos abandona.
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