En Sueño Profético decían:
El que hace el bien por deber, no por obligación, éste vive el Mando de Dios.
El que se acerca a la cama del enfermo que no es suyo, éste vive el Mando de Dios.
El que devuelve el bien por el mal que le hicieron, éste vive el Mando de Dios.
Si una persona ha vivido este Mando, es normal que Dios la coja de Instrumento, y más normal es que siga su Mando, que ya es un Mando con Fuerza de Dios; y sin Libertad, por ser espíritu al servicio de Dios.
Aquí ya viene el pararse y pensar: ¿puede esta persona obedecer al hombre cuando le diga el hombre que Dios no la lleva a su Gloria?
Si antes obedeció con Libertad, hoy que Dios se la quita en el Arrobo, ¿cómo luego la materia no va a obedecer cuando entre el espíritu con la Palabra de Dios para que sea dicha al hombre, si el hombre de ciencia dice “sí” y vive sin amar a Dios o sin creer en su Existencia?
Dijo uno:
Sería menos enfado a Dios, decir “sí”, sin querer a Dios. Sería humildad reconocer el equivocarse. Podrían alcanzar el Perdón aquellos menos culpables.
Si una persona, su vida siempre estuvo a la obediencia de las Palabras de Dios, que bajó para decir en la Tierra, ¿por qué ha de extrañarse el hombre de que Dios elija porque Él quiera? ¿No será el destapar en los hombres de soberbia, el querer Aquí callar?
Es soberbia del demonio de donde nace soberbia.
El hombre que ama a Dios es guiado por su conciencia, y la conciencia le dice el sitio donde Dios se encuentra.
Si quieres saber Verdad, obedece estas Palabras que Dios nos manda dictar: “Juzga siempre a la persona por su forma de actuar, y si hace lo que Dios manda, ¿por qué Dios no le va a hablar?
Desperté, oí:
No sabe si esto es verdad,
el que verdad no quiere que sea.
Tan sólo con el pensar
el igual que siempre encuentras,
ves a Dios y a ella hablar.
Si los hombres de esa Tierra
que creen que saben tanto,
quisieran saber un poco,
verían que era Dios.
Y jamás daban silencio por respeto,
aunque no tengan Amor.
El que siempre ha vivido
esperando Orden de Dios,
no te extrañe que no calle
cuando diga: “me habla Dios”.
Es la soberbia del hombre
la que se enfrenta con Dios.
Hasta que Dios lo retira.
Hay más metidos en el Infierno,
por la soberbia y la ira.
***
Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - 223-224-225
Humildad, Caridad, Obediencia y Constancia proceden de Dios. Quien los cultiva no puede estar contra Él ni engañar al presentarse como Profeta.
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