jueves, 27 de febrero de 2014

Contacto Divino

En Sueño Profético decían:

¡Cómo no se dará cuenta, el que la trate o lea estos Escritos, que es un espíritu mandado y movido por Dios!

¡Cómo no verán claro que cosa dicha, antes pasó, o está pasando, o va a pasar!

Esto ella dice, pero normal, porque lo dice el sentir, no el saber. Lo que los ojos de la carne no ven, lo ven los ojos del espíritu y le empujan a la lengua a que le dé sonido.

Esto es Sabiduría de espíritu, no sabiduría que cualquiera aprende. Esta Sabiduría es Contacto Divino, Fuerza que hace seguir el Camino de Dios y descubrir al hipócrita.

Dijo uno:

Dios le da Fuerza y Enseñanza cuando sólo hay espíritu. Cuando el espíritu vuelve a la carne, Dios le quita palabras y escenas que pueden hacerle sufrir, y no puede decir porque no recuerda. Pero sí le deja sentir, para que ella actúe, que esta es la Sabiduría que no ve el que no vive el Amor a Dios y la confianza en otra Vida.

Si tuvieran confianza, no podían coger caminos que ofendieran al que lleva estas Palabras. Porque recibir y ofender, es despreciar Gloria.

Desperté, oí:

En el Mensaje anterior a éste tienen la contestación de la Enseñanza del sentir.

¿Quién le dijo a la materia que de los Libros se hablaría?

¡Pues los ojos del espíritu y la Divina Sabiduría!

Unas veces lo ha sabido y aún no ha llegado a que la materia lo comunique.

Otras veces, en el Arrobo le dan Poder para que su oración haga contacto y lejos o cerca reciban gracias.

Que son, en boca del hombre, Milagros.

Pues de éstos son constantes, todo el que quiera verlos.

Si el hombre pensara un poco en el valor del Instrumento, diría mil veces al día:

¡Señor, yo no merezco el conocerlo!

Y delante y a distancia, no diría una palabra que no fuera de su acuerdo.

Porque no ofende a ella, ofende al que manda al Instrumento.

Dios en el sentir le hace que para Dios no hay secretos.


***

Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria, Que Enseñen - Tomo III - Pág. 34-35-36

1 comentario:

  1. Pretendemos juzgar con la materia lo que procede del espíritu. Esta Sabiduría sólo se reconoce con Amor y Humildad.

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