En este Sueño Profético hablaban de publicar el Mensaje. Decían:
¿Qué dirían si llamara Dios a los que ponen los obstáculos para que no se publique y les hiciera esta pregunta: Si creéis en mi Padre, creéis en Mí. Y si creéis en mi Gloria, creéis en la condenación. Pues elegid, hombres si fe, hombres sin amar a Dios. Si mis Palabras son de Salvación, ¿por qué no aceptáis?
Esto es lo que Dios les diría, y en cambio ellos no responderían, porque a Dios no se le puede mentir. Dios sabe lo que tú fuiste, lo que tú eres y lo que tú serás; lo que pensaste, lo que piensas y lo que pensarás.
Desperté, oí:
Dios le guarda al Profeta secretos al comunicar al hombre.
Cuando su espíritu está arrobado por Dios, ya este espíritu no puede tener secretos.
Por ser Dios el mismo Espíritu, y el mismo Espíritu, Dios.
Este espíritu es arrobado para la enseñanza de los demás.
Por eso queda bien aclarado que si el que oye al Comunicante quiere ver unas cosas con relumbrones de bien y otras de mal, sepa que tanto honores como insultos van para Dios.
Ni Profeta, ni Comunicante, ni Portavoz, pueden detener Palabra.
Una vez que, Profeta, es la envoltura que tapa la Joya.
¿Cómo le va a impedir este papel humano a que no conozcan esta Joya Divina?
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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag. 133-134
Callar al Mensajero es pretender callar a Quien envía el Mensaje. Callar al Mensajero no significa que el Mensaje deje de existir.
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