En Sueño Profético decían:
A más sufrimiento te ponga el hombre, más Gloria te mandará el Cielo.
A más creas en Dios Vivo, más creerás que no están muertos los que ahí, a otros que vieron vivos, dieron entierro a sus cuerpos.
Dijo uno:
El hombre no sabe nada
del espíritu sin cuerpo.
El hombre habla del vivo
o del que está en el cementerio,
pero no cree en el espíritu,
que es el que te lleva
a que hagas malo o bueno.
El espíritu te habla,
y tú, sin oír, estás oyendo.
El espíritu te abre puertas
para que tú entres dentro.
Que pueden ser de la Gloria
o pueden ser del Infierno;
que tú tienes que saber,
antes de entrar, lo que hay dentro.
Pues para esto es esta Enseñanza,
para saber lo que lleva
a la Gloria o al Infierno.
Para saber lo que quema,
aunque tú no veas fuego.
Para saber lo que moja,
aunque tú lo veas seco.
Para saber lo que roba,
para apartarte del Cielo.
Dijo uno:
Hazte amigo de esta Gloria,
y pídele sin miedo a este Cielo;
que te llegará ayuda,
aunque no veas el cuerpo.
Que el cuerpo para el espíritu,
es marco con cuadro dentro.
Que al cuadro el marco quitas,
y el paisaje sigues viendo.
Desperté, oí:
¡Qué verdad con resplandores
dicen en Gloria,
del espíritu y el cuerpo!
¡Qué atención le dan al cuerpo,
y qué desprecio al espíritu!
El hombre cree todo
lo que dice el hombre,
que de unos en otros dicen.
Pero al hablarle de Dios,
de su Gloria y del espíritu,
siempre te dirán:
“Yo no creo en el espíritu”.
Y ya no cumplen
los Mandamientos de Dios.
¡Hace falta que los hombres
vean el cuerpo como traje
que sirvió por algún tiempo!
***
Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 38-39-40
No es lo mismo la vida material que la Vida. Esta es para el espíritu y de ella gozan los que creemos muertos.
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