En Sueño Profético decían:
Dios no manda el sufrimiento,
pero sí quiere que lo aceptes.
Sufrimiento aceptado,
Reino de Dios ganado.
Sufrimiento pensando en Dios sin culparle,
vas enseñando el Amor más grande
y estás en espera de que Dios te mande.
Dijo uno:
Estas palabras consoladoras
y muchas más,
se las oían a mi madre
cuando oía hablar de sufrir
y hacían el sufrir más grande.
Decía:
Yo creo que el que abandone
esta vida, diciendo:
“yo no conocí el sufrimiento”,
no puede estar cerca de Dios,
ni a Dios jamás entenderlo.
¡Cómo puedes entender,
si haces en tu pensamiento,
el sufrir que a Él le dieron:
empieza ante Pilatos,
y termina ante el madero!
Piensa el verlo clavar,
y después para enterrarlo,
los tirones que Le dieron,
de aquellos Pies y las Manos,
para quitarle el madero.
El pensar de aquella Madre
cuando le entregaron el Cuerpo,
y ver caras tan contentas,
sin decir: “¡María, lo siento!”.
¿Has pensado en un familiar,
el ver que se mofaran de él
en el entierro?
Pues todo esto y mucho más
Le hicieron a Dios del Cielo.
Yo pienso en mi sufrir, y digo:
¡Señor, qué poco tengo!
¡Si lo principal son las fuerzas,
y yo las veo en aumento!
Desperté, oí:
Ya no sigue el hijo el Dictado,
que lo sigue una parienta lejana:
Había vivido pidiendo
por las ventas y las posadas,
con un chiquillo en sus brazos
y otro cogiendo su falda.
Murió el marido después
de tenerlo tres años en cama.
Ya que estaban viviendo
porque los hijos
el jornal ganaban,
y al mayor, su mismo carro,
las piernas le deja cortadas.
Ya se casaron los dos,
y a la madre y al hermano,
uno los metió en su casa.
Pero el otro y su mujer
no podían vivir
sin esta compaña.
Pensaron pasar los días
todos juntos, y de noche
irse a dormir a su casa.
Si otro tiene este sufrir
sin acordarse de Dios,
lo que Le hicieron en la Tierra,
no da consejos de Paz,
y a sufrir no enseña.
“La casa del bienestar”
le decían al nombrarla.
No hay sufrir que a ti te pueda,
si a Dios llamas de compaña.
Aprende de esta mujer
que Dios manda su Enseñanza.
***
Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pag. 128-129-130
Aceptar el sufrimiento es unirse a la Pasión de Jesús, sentir su Paz y confiar en que con Él todo acabará bien.
ResponderEliminarAceptar el sufrimiento es unirse a la Pasión de Jesús, sentir su Paz y confiar en que con Él todo acabará bien.
ResponderEliminarDa vergüenza mirar para uno mismo cuantas veces nos quejamos por cosas sin importancia y lo que es peor, el no conformarse con lo que el jornal alcanza ,mirando estos casos que Dios nos presenta nos damos cuenta lo que son penas,para probarlo solo coger a los hijos y salir a pedir para alimentarlos y ya sin comparación el sufrimiento que Dios padeció por salvarnos del infierno.
ResponderEliminar