En Sueño Profético decían:
Hay cosas que tienes que ocultar, y hay cosas que tienes que publicar.
Dijo uno:
Este Escándalo que está en silencio, no es Querer de Dios, es Permitir.
Dios se hace Hombre y vive entre el hombre, no exige que Lo quieran. Pero sí dejó al descubierto al que Lo quería, al que Lo buscaba y al que Le dio desprecio cerrándole la puerta cuando Él pasaba.
Había veces que enviaba a los Discípulos por otro lado, y había veces que los hacía que fueran por otro lado para que los vieran y el remordimiento rompiera la disculpa que había puesto la indiferencia.
Las cosas de Dios no admiten disculpa cuando no hay Amor.
Desperté, oí:
Dios manda Palabras que queden escritas para el que quiera estudiarlas.
Pero el Elegido da sentir sin palabras, que el sentir compone Palabras que van de Aquí.
Este contacto de un espíritu que aún tiene materia, no pueden compararlo hoy con ninguno.
Por ser de Dios este Caso, se ha repetido varias veces que hoy es único, y por ser único, el hombre pone la indiferencia y pone al descubierto lo poco que a Dios ama.
No puedes amar, no buscando y pasando por la puerta del Amado y no entrar.
Cuando este Amor sea por Dios mandado.
¡Qué cierto que hay cosas que tienes que ocultar!
Pero ésta tienes que publicar.
Si hubieras intentado ocultarla, no llegan a doce los Arrobos, y Dios te hubiera retirado el Mando.
Amor y Obediencia han ido aumentando el Mando.
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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C3
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