En Sueño Profético hablaban del que Le hace servicio a Dios y del que desprecia su Mando. Del que cree por temor y del que vive a Dios amando. Luego está el que las cosas de Dios no le interesan, y pudiendo aumentar Amor y creencia, va rompiendo las Palabras de Dios para que lo sigan más y más las rompan, sin querer saber que la Palabra de Dios es Vida Eterna, y que la palabra del hombre es suciedad de la Tierra. Suciedad que no es limpia hasta que a Dios no Lo pongan en las más grandes alturas.
Dijo uno:
Toda la lucha del hombre es para vivir sin Paz, para poner su talento en un gran pedestal; para ir apartando del Cielo, de donde baja la Vida que vida le da a tu cuerpo. Empezando por el aire, que es tu primer alimento.
Desperté, oí:
Si amas a Dios,
este Amor te va elevando.
Y ya ves lo de la Tierra
como juego de niños en hombres,
que ya es pecado.
Si el tiempo que pierde el hombre,
uno en construir y otro en destruir,
lo pusiera en ir enseñando
a amarse en acción y en palabras,
el mundo iría cambiando.
Y buscarían donde Dios se comunica,
como el sediento busca el agua.
Como el ave las alturas.
Como el grano que se rompe
por dar preferencia al tallo.
Todo esto y mucho más
haría el hombre para ir buscando
donde aprender para su espíritu salvarlo.
Todos pueden aprender
a saber lo que es pecado.
Pero hay que retirarle la palabra:
“eso no es malo”.
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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C5
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