domingo, 28 de mayo de 2017

El médico

En Sueño Profético decían:

Al espíritu pueden llegarle más enfermedades que al cuerpo, y todas tienen cura si quiere curarse el enfermo. Pero el hombre no vigila nada más que las enfermedades del cuerpo, que mayoría de veces tiene que decir el médico: “Tengo que buscar el sitio que le da estas dolencias que me está diciendo”. Y tiene que decirle que algo tiene, para que diga: “es un buen médico”.

La enfermedad del espíritu es por muy pocos comprendida, que a veces coge gran enfermedad y te desprecia la vida por culpa de no ayudarle el que tiene la medicina.

Dijo uno:

Yo, cuando viví con cuerpo, mi profesión era curar el espíritu. A veces veía enfermos, que por enfermos tenían, y yo los veía sanos. Si ellos cogían mi receta, a la tercera visita, volvían curados. Yo tenía mi carrera, pero Dios me hacía curarlos, más con palabras que no eran mías, que con los medicamentos. Yo tenía la medicina después de Dios, para la carne. Pero para el espíritu, yo sabía que se curaba el que quería curarse, porque el espíritu, si tú no quieres, no lo curas.

Desperté, oí:

Médico era mi profesión,
pero engañaba a los hombres,
y los curaba Dios.

Mi receta eran palabras,
que mayoría de veces
querían que yo escritas las diera.   

El espíritu se enferma
porque se aparta de Dios,
y ya la cura no encuentra.

¡Es lástima que los hombres
no estudien esta carrera!

¡Con lo fácil que sería
que estos enfermos no existieran!


***

Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C4

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