En Sueño Profético decían:
Ve el hombre extraño que Dios en un Lugar hable, y no ve extraño que Dios el mundo lo acabe.
Ve el hombre normal el vivir sin practicar el Evangelio, y no ve normal que cuando muera su cuerpo, su espíritu no pueda entrar en Su Reino.
Ve el hombre normal que haya hambrientos, y no ve normal que Dios le cambie el vivir por un poco tiempo.
Pordiosero, rico; rico, pordiosero. Si Dios esto no lo hace es porque ese mundo es gota de agua que cae en los mares.
Dijo uno:
Cien años de vida el cuerpo, pocos lo han contado. Y ¿qué son cien años de vida si los comparas con los que ahí vivieron antes de bajar Dios Hijo a la Tierra y aún siguen viviendo?
Desperté, oí:
Ponían muchas comparaciones para que luego el espíritu enseñara a la materia.
Hablaban del hombre, de la extrañeza que ponía cuando Dios, el Dios le ponía delante.
¿Qué era y es la ley de vida?
Vivir un tiempo practicando, sin Dios obligar, que a Él lo amen.
Esto es lo que debería extrañarle al hombre, no que se hable de un Dios Vivo donde Él quiera que hablen.
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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C3
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