En Sueño Profético se oía:
Ella tiene confianza en el responder de Dios, y de todo lo que le llega manda al Cielo una oración. Que esta oración va dejando, dando refugio y Amor. Si de esto no hay abundancia, no sale la oración.
Dijo uno:
Si el hombre quisiera ver, en Esto vería a Dios. No hay nada que le amuralle caminos que Dios trazó. Que el que amuralla es el hombre que no cree que exista Dios. El que cree lo ve claro, aunque le falte el Amor. Pero es mejor que no crea, porque ofende menos a Dios.
El hombre que conozca este contacto Divino, debería dejar paso en ancho o estrecho camino. Y debería pensar: “¿En qué puedo a Dios servirle? Si elige al que le manda, yo también soy elegido”. Y traerse a la memoria: “A la Virgen la eligió Dios Padre, y José también fue elegido”. Esto no lo piensa el hombre cuando a Dios le hace servicio”.
Desperté, oí:
No hay alegría mayor
que sirvas para cundir
estas Palabras de Dios.
En el cundir ves a Dios,
sin Imagen,
pero sí sientes a Dios.
Éste, ya, te da tal fuerza
que cansancio no llegó.
Hablaban en la Gloria
de elegido
para Elegido de Dios.
El que tenga este Mando,
ya puede vivir en oración.
La Virgen fue Elegida,
y a José también lo eligió.
El hombre entiende esto al revés,
y ya disgusta a Dios.
Piensa que fueron elegidas
las piedras que Dios Hombre pisó.
Éstas forman alboroto muchas veces
en defensa de su Dios.
Si a Dios sirves sin cansancio,
di: “Elegido soy yo”.
¡Qué confianza te da
el decir soy elegido
por aquel que elige Dios!
***
Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C3
No hay comentarios:
Publicar un comentario