En Sueño Profético decían:
Si todos amaran a Dios, todos recibirían de Dios.
Dios no tiene diferencias, es el hombre el que Lo llama o de Él se aleja, y entonces es cuando el sufrir empieza.
Si el hombre amara a Dios, ni él sufriría tanto, ni sufriría el que lo viera.
El sufrimiento se ancla cuando tú de Dios te alejas, y ya haces que pequen, diciendo: “Si Dios hubiera, no sufrirían los ángeles, ni personas que son buenas”.
Esta ofensa a Dios, es a muy pocos a los que no se la oyes cuando el sufrimiento llega.
Dijo uno:
En los sitios que a Dios Hombre Lo llamaban y Él hacía Presencia, se achicaba el sufrimiento.
El sufrimiento le teme a la Presencia de Dios, porque sabe que Dios gana y él pierde.
Desperté, oí:
Sufrimiento con Dios
es cántaro roto
que nunca se llena.
Sufrimiento con Dios,
siempre queda dentro,
nunca sale fuera.
Porque tu sufrir
sería cuando oyeras
palabras de necios
que a Dios ofendieran.
Piensa que el sufrir,
a veces son pruebas,
que Dios no las manda,
pero te las deja.
Lo mismo que el Padre
a Él Lo dejó
que en la Cruz muriera.
El sufrimiento con Dios,
ya das ejemplo
al que te vea.
Y ya tienes una hucha
con las mejores monedas.
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Libro 23 - Hechos de Dios Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C2
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