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sábado, 11 de octubre de 2025

Tienes que querer a Dios

En Sueño Profético decían:

Dios te premia si tú Lo amas. Que a este premio le da valor el que más ama. Dios hace lumbre en el agua y apaga la lumbre sin echar agua. Dios llama al hombre en varias llamadas. Si el hombre pone Amor a cambio, ya sabe cómo Dios llama.

Dios tiene en su Gloria a quien cumplió ahí sus Palabras. Pero también entra, y Aquí tiene, al que ahí se fue de su camino y un día a Dios llama ocultándose del hombre que no entiende esta llamada.

Este Dios, este Cielo y esta Gloria, es la Casa de Dios Padre en Espíritu, y de Dios Hijo con el mismo Cuerpo de Carne que el hombre rompe y destroza cuando baja a darle la Salvación al mismo hombre. Esto que pasó y que hoy lo recuerdan en la Gloria, lo pensará el hombre por fuera.

Tendría que querer a Dios, y ya pensar en todos sus actos: “Gloria: Casa de Dios, de donde sale la vida, de donde sale el Perdón. Gloria: Sitio que no conoce monedas, que no conoce títulos, que no cuenta vestimenta, que sólo viene el espíritu, pero sin traer el cuerpo”. Trae todo el bien que hizo. Que lo que tiene más precio es el bien que hizo a los espíritus, quitándoles la suciedad para no perder este Sitio.

Desperté, oí:

Si el que quiere venir a la Gloria
se ocupara del que no piensa en ella,
antes de él vendría
el que su cuerpo muriera,
y no la perdería.

Y después de él morir,
con la semilla que él echara,
no dejarían de venir.

Tienes que querer a Dios
queriendo que muchos quieran,
no para pedirle a Dios
mientras estés en la Tierra.

A Dios tienes que quererlo
antes de que tus palabras
junten las primeras letras.

***

Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C6 

jueves, 25 de julio de 2024

¡Mando de Dios, qué Fuerza tienes!

En Sueño Profético decían:

¡Mando de Dios,

qué Fuerza tienes!

¡Mando de Dios,

que das el Mando

al que Te busca y Te quiere!

Este Mando lleva Fuerza que aparta los inconvenientes que pone el que no cree ni ama y quisiera que de Esto no se hablara.

Desperté, oí:

El Sueño ha sido corto porque al Elegido le llegó este pensar:

Hay que hacer que cada día se cunda más esta Palabra de Dios. A sus Ministros les pertenece el decirla en la Casa de Dios.

Decían en la Gloria, que Dios podía hacer que grandes cantantes cantaran las Palabras de estos Mensajes, pero sería obligarlos y no Amor de Dios buscado.

***

Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C4

jueves, 25 de abril de 2024

La Gloria tienes segura si practicas lo del Cielo

En Sueño Profético decían:

A más cerca estés del Cielo, más desvalorarás lo de la Tierra.

A más cerca estés del Cielo, más conocerás el lenguaje que Dios manda Aquí en su Reino.

Si no estás cerca de Aquí, tú, antes que nadie lo sabes, porque te cansa el oír lo que de la Gloria sale.

En vez de decir: “Señor, ¿quién me iba a mí a decir que yo oyera tu Mensaje? Quiero Señor tu Perdón si es que pudiera llegarme”.

Esto, si haces un pensar, es un pecado de los graves: poder oír y no oír lo que de la Gloria sale.   

Dijo uno:

Si la Tierra te retira de oír o de leer estos Escritos, dichos al espíritu sin cuerpo, y después dictados al espíritu y cuerpo, dale a la Tierra desprecio hasta que la Tierra vea que el Cielo para ti es primero.

¡Si tan sólo al decir Tierra y después nombrar el Cielo, ya queda la Tierra sucia donde los pies vas poniendo!

Desperté, oí:

Por mucho que dé la Tierra,

no puede darte como el Cielo.

Porque la Tierra no tiene nada

que tenga entrada en su Reino.

Lo único que Aquí entra

es decir:

Señor, yo quiero

(porque la Tierra la piso

porque tuyo es mi cuerpo;

por que todo lo que tiene,

para mí es un pasatiempo)

que la Tierra no me engañe,

porque mi vida está en el Cielo. 

La Gloria tienes segura

si practicas lo del Cielo,

pero que sea un practicar

con alegría y contento.

***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C8

lunes, 16 de enero de 2023

Cuando tienes alegrías, las persigue el mal

En Sueño Profético decían:

Piensa en las alegrías, que no son de la Tierra. Que éstas no faltan ni de noche, ni de día. De noche, en el Arrobo del espíritu, y de día, en el oír dictar las alegrías, para en Libros publicar. Esta publicación, de no ser dicho todo por Dios, no se podría publicar. Pero se ve la Verdad en la publicación, que no pueden decir: “esto está mal” o “esto no es verdad”.

Dijo un Discípulo de Dios Hombre, cuando vivía en la Tierra, que se hizo Hombre por Dios Padre para que diera la Enseñanza que Dios Padre Le decía, para que no perdieran la Gloria. Que este sitio tienes que pedirlo cuando vive tu cuerpo, que es el Sitio Eterno. Ya se dice el nombre del Discípulo: “soy Santiago”.

Santiago quería decir que él le decía Maestro, porque quería que todos así Lo llamaran, todos sus Discípulos.

Desperté, oí:

Cuando tienes alegrías, las persigue el mal que han querido poner aquí, en lo que Dios a dicho mal entendido

El Dictado de lo que hablaba es de Dios, cuando bajó a la Tierra a enseñar de su Gloria.

Si Esto se enseñara a todos, se formaría una unión con la Presencia de Dios.

“Señor, yo sé que mi nombre tiene que ser conocido, cuando Tú me concedas los Milagros que yo Te pido”.

El sueño no llegaba, y yo decía: “Señor, si no me duermo, más de Ti me acuerdo”. Me han dado unas grandes alegrías el ver los Humos Divinos, que se formaba techo con la oscuridad que había.

Esto es Poder de Dios para que retires cuando quieren que vivas en grande sufrir.

Tu pensar que siempre esté pensando que Dios te manda en espíritu y cuerpo. Que hoy nadie puede decir: “Esto que yo digo, me lo está diciendo Dios”.

Pon alegría a tu espíritu con esta Visión que Dios hace:

Estaba la carne que Dios me unió, en su despacho, como cuando copiaba los Mensajes, y dijo:

“Ana cuídate, cuídate, que tu cuerpo lo necesita tu espíritu”.

Esta Visión y estas palabras es lo que me da la alegría cuando el cuerpo lo tengo triste y cansado, con dolencias leves, que son del pensar.

El pedir por los que esperas Milagros, es un pedir que no falta en tus palabras o en la Visión que Dios te hace.

En esta Presentación de los Libros con la Palabra de Dios, van a pensar, los que esto no creían, que Dios los puede castigar.

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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C8