En Sueño Profético vi una fuente y un pilón, pero sin agua. Estaba seco el pilón porque en la fuente hacía tiempo que no corría el agua.
Ya dijo uno:
Esta fuente, su agua ya cae en otra fuente. El agua no falta de caer en otras fuentes, pero en ésta ya no cae más. Verán la fuente, pero seca; sin que tu sed puedas quitarla como no busques otra fuente en la que sin duda cae agua. Pero puede que caiga menos, no como en ésta, que caía con abundancia y nadie miraba tener el pilón limpio y cuidar esta agua clara. Pues hoy, estos vecinos, que a distancia están las casas, van en busca de otra fuente, y una vez lleno el cántaro, a Dios le pagan con gracias. ¿Qué sería de nosotros si las fuentes se secaran, y los aljibes, también secos, porque Dios no mandara agua? Pues pasarían por la fuente y todos de ella hablarían.
Ya dijo el que explicaba porque Dios se lo mandaba:
Esto es el Instrumento en el que Dios manda a diario sus Palabras, y el que puede cogerlas, vive despreocupado, sin darle valor siquiera. Luego, cuando falte esta Fuente, el Agua, que es Vida Eterna, Dios la echará en otro sitio. Y puede que sea más lenta, y tengas que ir buscando, pero ya no será igual para aquellos que vivieron tan cerca del Manantial, viendo el Agua cristalina y sintiendo el explicar lo que en noche en Gloria explican.
Desperté, oí:
Una fuente y un venero
han servido en el arrobo
para comparar la Fuente
de lo Divino del Cielo.
Aquella fuente y pilón,
la tenían con desprecio,
sin darle gracias a Dios.
Pasaba gente que iba
con ganado de pueblo en pueblo.
Y tenían que dejar
a los animales sedientos.
Por la suciedad y el desprecio,
tuvo Dios que mandar agua
por caminos que dijeran:
“Gracias Señor, que tenemos
la fuente cerca, y el pilón”.
Para que los arrieros
no vayan con el ganado
sufriendo al verlo sediento.
De la fuente se fue su agua
a otro sitio más lejos.
Y ya, el que la quería
por encontrarse sediento,
iba y llenaba el cántaro.
Y ya, el caño, más lento,
cuando iba a rebosar,
primero miraba al Cielo.
Aquí pedía Perdón
y pensaba en los arrieros.
Que tenían que caminar
con animales sedientos.
***
Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C8
Amen
ResponderEliminarLa fuente primera era Nuestro Profeta que Dios nos regaló con tanto Cariño , esto lo puede entender el que disfrutaba oyendo los Divinos Mensajes que todos los días nos leía Anita
ResponderEliminarDe los que no quisieron alimentarse de Ellos ,de esos no quiero hablar nada que bastante tienen ya con quedarse sin llenarse de Dios en Espíritu y Palabras