En Sueño Profético decían:
Todo lo que se quiere, se cuida y se valora poniéndole un precio tan alto, que no hay quien tenga para pagarlo, si de verdad esto quieres.
Pues si comparas lo que Dios manda en su Nombre, te avergüenzas del mal recibir y del mal trato que le da el hombre. Ponen las cosas al revés: que el Elegido valore al que su mando acepte y practique.
Dijo uno:
Si el hombre supiera el día de la despedida de su cuerpo, todavía trataría peor al que Dios manda (el que supiera que poca vida le quedaba a él o al que él quisiera). Pero esto no lo sabe nada más que el que da la vida y el que manda que la vida el cuerpo deje. Esto no se debería repetir tanto en estos tiempos de tanta cultura y adelanto, que no sabe el niño comer solo y ya quieren que escriba perfecto un dictado.
Desperté, oí:
No harían falta testigos, si hubiera que demostrarlo, para ver la indiferencia y el poco cuido que le dan al que Dios le da su Mando.
Para que diga, y no en secreto: “¡Qué es Dios el que está hablando, y no yo!”.
Tan sólo estas palabras deberían formar escándalo.
Hay cosas que se valoran cuando ya se fueron de tus manos.
Esto pasó cuando Dios hizo el mundo, y todavía está pasando.
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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C6
Que Dios hablaba en Anita lo sabía el que quisiera en muy poquito tiempo
ResponderEliminarSolo había que oírla y su caridad acompañando a todo el que la llamara para aliviar sufrimiento o querer saber de Dios como a mi me pasó que quise saber de Dios y oir su Palabra y ya cuando tome sus libros en mis manos la alegría que me dieron
No hay alegría mayor que Dios te regale Sus Palabras y te de La Salvación
Gracias Señor por conocer a Tu Profeta