En Sueño Profético decían:
No puedes amar a Dios, ver sufrimiento y agrandarlo. Pero tampoco amas a Dios si el sufrimiento puedes achicarlo o quitarlo y quedas indiferente.
Pero ahora, haz pensar: “yo voy a perseguir para hacer sufrir de escándalo”. Esto está en contra de Dios, y el castigo en la Tierra lo verán tarde o temprano. Que este castigo eres tú el que castigo te has dado.
Dijo uno:
Si esto dicho está en contra de Dios, ¿qué será aconsejar en contra del que Dios, a diario, trae a su Gloria?
Esto no puede ser por Dios perdonado, porque son espíritus satánicos haciendo servicio a Satanás. Hombres que buscan el fuego, fuego de la eternidad, que su nombre es Infierno. Hombres que creen que así derrotan al Instrumento.
Debería dar temblor, acompañado con miedo, decir: “yo soy culpable de este sufrir que hoy tiene el Instrumento”.
A éstos, que no les extrañe, cuando les llegue el momento, que no pueda oír sus súplicas de espíritu o de dolor de cuerpo.
Desperté, oí:
Le es imprescindible al hombre
el saber qué consejo va de Dios
o qué consejo va del demonio.
Que esto es fácil aprender
si sus Mandamientos lees.
Luego, está su Evangelio,
con Hechos que Dios Hombre
vive y enseña.
Todo lo que no es su Palabra,
es del hombre de la Tierra.
En este arrobo nombraban
a quien pudo quitar sufrir
al Instrumento de Dios
y más sufrir le mandaba.
También llamaban malditos
a los que servicio le hacían a Satanás
metiéndose en terrenos Divinos.
El hombre sigue lo mismo:
Persiguiendo las Palabras
de Dios Padre y de Dios Hijo.
Dios, cuando tú no Lo quieres,
ni suplica ni amenaza,
te deja que elijas sitio.
Lo que sí levanta es el Brazo,
y ya, su Reino has perdido.
***
Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C2
El Elegido sufre doblemente: por el hombre que se pierde y por el padecimiento de Dios.
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