En Sueño Profético decían:
Nada puedes comparar
igualando a esta Grandeza,
que por ser de Dios,
el hombre la desprecia.
Si te pones a pensar,
el pensar ya no te deja.
Es tan grande el leer
esto que dictan en Gloria,
que por grande saber que tú pongas,
si comparas, eres párvulo
de los últimos de la escuela.
Dijo uno:
Por esto, no saben qué hacer ni
qué presentar para desmentir los que ven que esto es de Dios.
Ya han cogido muchos caminos para
poner soledad y agrandar sufrimientos, que la vida no quitan porque en este
Camino sale Dios al encuentro. Que esto lo puede ver todo el que sigue este
calvario en silencio. Dios le pone guardián al llegar el día, que es acción que
deja el arrobo, guía que da al espíritu y al cuerpo, valentía que retira
espíritus del Infierno, valentía de Dios que puede con el sufrimiento.
Desperté, oí:
No hay quien siga caminando,
dando, y cobrando desprecio.
No hay quien entregue su vida
para que tú no pierdas el Cielo.
Todo esto y mucho más
hace el Instrumento
que Dios sus Palabras le da.
Pone más talento
el que reconoce
que esto baja del Cielo,
y por muchos títulos que tenga,
él se siente analfabeto.
El que tenga este pensar,
su espíritu es el talento.
Porque Aquí sirve primero
el estudio del espíritu
y después el del cuerpo.
El cuerpo
se hace dueño de tu espíritu
si tú no vives para el Cielo.
***
Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C6
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