martes, 17 de mayo de 2022

No llores al sufrimiento, si antes no lo has comparado

En Sueño Profético hablaban palabras que no seguían diálogo, pero eran de Enseñanza. Decían, que el Espíritu veía sin tener presencia, pero que los ojos tenían que, para ver, tenerla. Que la alegría podía estar oculta, sin hablar, pero la cara la presentaba. Que más se podía ocultar una pena que un contento con alegría. El espíritu, más aguanta el sufrimiento, que detiene la alegría.

El espíritu que es de de Dios, contagia la alegría y tapa el sufrimiento, suaviza las heridas y vive la Paz del Cielo.

Desperté, oí:

Sufrimiento y alegrías de Dios, esto último no puede tener secreto.

Si no estás cerca de Dios, agrandas el sufrimiento. Pero si sientes a Dios, ya comparas sufrimientos.

Si el sufrimiento se fuera buscando y comparando, siempre verías el tuyo como niño que nace y niño que llamas niño, pero que ya es soldado.

No llores al sufrimiento, si antes no lo has comparado.

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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C1

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