El que ame a Dios, ya no deja al Elegido

En Sueño Profético decían:

Pon tu pensar en que cada día Esto se tiene que cundir más. Si los que están al Servicio de Dios Esto lo cogen con la fuerza que sus espíritus tienen ya Esto se cunde por todos los sitios donde haya hombres y suelo. Éstos dicen que se va a cundir más los Libros por sitios lejanos que por los cercanos, ya que los que están lejos quieren saber cuándo habrán más Libros publicados. Esto se dice pronto:

     - Que se lleven lo que quieran. Que aquí, el que ame a Dios, ya no deja al Elegido que Dios eligió cuando su presencia era aceptando todo lo que en la Tierra le llegó, sin poder ocultar el recibir de los sufrimientos, que no se van a decir porque no serían comprendidos.

Los que están aquí unidos me dieron alegrías cuando me dijeron que habían estado con el que canta los Mensajes. Aquí, llegará más cundir cuando éste cante los Mensajes de la Palabra de Dios con un Amor que nadie pueda decir:

     - Yo siento este Amor, que Dios quiere que al Elegido se lo diga, en alta voz, en el mejor sitio que Dios mande.

Desperté, oí:

Si los que están a este Servicio de Dios se entregaran a la Presentación que se va a hacer Esto se cundiría y sería escándalo mundial.

Esto que se está diciendo no es en el sitio donde vive el Elegido, es fuera y lejos. Donde vive el Elegido ya se están preparando más Libros y también se está preparando el sitio para la Presentación.

Que en la Presentación van a hablar de la Existencia de Dios, que todas las noches arroba un espíritu y lo trae a la Gloria. Y cuando llega al cuerpo Dios le dice que quede escrito para ponerlo en los Libros, que ya hay 64 publicados. Que hoy nadie puede decir:

     - Yo tengo esa cantidad de Libros dichos por Dios, en su Gloria, a mi espíritu.

Pon, con la alegría que sientes, cómo ves a la carne que Dios te unió. Estaba en su despacho como cuando copiaba los Mensajes y dijo:

     - Ana, yo le pido a Dios que te cuides, que te cuides, que tu cuerpo le hace falta a tu espíritu para cundir en el Prójimo la Paz y la Existencia de Dios.

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Libro 67 - Meditaciones y Palabras directas con El Padre Eterno - Tomo VII